Rosa Cobo es profesora titular de Sociología del Género y una de las voces feministas más reconocidas en la lucha por la abolición de la prostitución. Días después de que la vicepresidenta Carmen Calvo abogase por una ley que “impida el horror” de la prostitución en España, la directora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de La Coruña y autora de ‘La prostitución en el corazón del capitalismo’ afirma que la izquierda está asumiendo que es una “forma de esclavitud que hay que erradicar”. Considera que la prostitución es una forma de violencia y que las mujeres que la ejercen no lo hacen de forma voluntaria.

¿Por qué hay que prohibir la prostitución?

La prostitución no tiene que ser prohibida, tiene que ser abolida. Y las mujeres que habitan esta industria, el eslabón más débil de la cadena, no tienen que ser perseguidas ni penalizadas. Al contrario, deben ser protegidas y apoyadas. Occidente no tiene ningún derecho a explotar a mujeres inmigrantes y sin recursos.

¿No considera que la abolición puede perjudicar a las personas que quieren ejercer la prostitución voluntariamente?

Las mujeres que están en la prostitución no se prostituyen de forma voluntaria. Viven situaciones de vulnerabilidad y pobreza, muchas veces extremas, que les conducen lamentablemente a ejercer la prostitución para poder sobrevivir. Muchas de ellas están en ese negocio criminal porque han sido engañadas o se ha ejercido violencia sobre ellas para que sigan formando parte de la industria de la explotación sexual. Ninguna mujer quiere que su cuerpo sea objeto de violencia.

Los defensores de la regularización de esta actividad defienden que este modelo ayudaría a combatir la trata de personas con fines de explotación sexual. ¿Usted cree que es así?

No, no lo creo. En aquellos países en los que la prostitución ha sido regulada, ha crecido la trata y toda la criminalidad que envuelve la prostitución. El Ayuntamiento de Ámsterdam encargó una investigación y los resultados a los que llegó fueron que aumenta la criminalidad, la inseguridad y la trata. Por otra parte, la situación de las mujeres en prostitución ha empeorado y ha aumentado su vulnerabilidad. No se puede regular la explotación sexual.

En su opinión, ¿qué elementos debería tener una ley que acabe con la prostitución?

La prohibición de la prostitución dirige la persecución y las sanciones hacia las mujeres prostituidas, mientras que la abolición pone el foco en los proxenetas y los puteros. El abolicionismo se apoya en cuatro ejes: en primer lugar, la persecución del proxenetismo, los burdeles, los pisos y los espacios en los que se desarrolla la prostitución; en segundo, se multa a los puteros para disuadir la demanda de servicios; en tercero, el desarrollo de políticas para las mujeres que están en prostitución; y por último, en un amplio programa de educación afectivo sexual en los centros de enseñanza.

¿Por qué cree que hasta ahora ningún Gobierno en España ha abolido la prostitución?

Porque las resistencias a las que hay que hacer frente son muchas. Desde el lobby proxeneta hasta todos aquellos negocios que, sin estar vinculados con ella directamente, sí extraen algún beneficio de la prostitución, que son muchos y muy variados, entre ellos inmobiliarias, agencias de turismo, taxistas, etcétera. Sin embargo, ha llegado el momento de hacer políticas abolicionistas. La izquierda está asumiendo que la prostitución es una forma de esclavitud que debe ser erradicada ya.

Desde su perspectiva, ¿el debate abolición contra regularización abierto en el movimiento feminista ha ido a más?

La abolición de la prostitución es una vindicación feminista que ha ido creciendo en los últimos años en el contexto de denuncia de la violencia sexual que ha tenido lugar en el marco de la cuarta ola feminista. La prostitución es uno de los muchos rostros que adopta la violencia sexual.

En el ensayo La prostitución en el corazón del capitalismo (Catarata, 2017) analiza el negocio en torno a esta actividad. ¿Hay cifras reales de cuántos prostíbulos hay, de cuántas personas ejercen la prostitución o de cuánto dinero mueve este negocio?

La prostitución es el corazón de la industria internacional de la explotación sexual, formada por un conjunto de negocios, casi todos ellos relacionados con la economía ilegal. Cabe señalar que actualmente es la tercera industria, en términos de beneficios, a escala global en el marco de las economías ilícitas. En España, cuatro de cada 10 varones acuden a la prostitución. Hoy por hoy, es el país europeo que tiene mayor número de puteros de toda Europa y el tercero si miramos a escala global. En ciertas zonas del mundo, además, la industria de la explotación sexual se ha convertido en una estrategia de desarrollo, alentada incluso por las instituciones del capitalismo internacional. Varones de todas las clases acceden sexualmente a cuerpos de mujeres con escasos recursos y siempre en situación vulnerable. La mayoría de ellas son inmigrantes y pertenecientes a comunidades culturales inferiorizadas, tanto por occidente como por las élites de sus propios países. Ha llegado la hora de parar esta indignidad.