Apenas diez minutos antes de que comience el primer llamamiento para las pruebas de selección de formación sanitaria especializada (FSE), el plan del Ministerio de Sanidad para evitar las aglomeraciones ya se ha truncado. Los aspirantes a sacar una plaza de residente de Medicina, Enfermería, Farmacia, Biología, Psicología, química o Física debían acudir en dos horas distintas para evitar que, a la entrada, se quebrantaran las normas de distanciamiento social impuestas por la Covid-19.

Tenían que aparecer puntualmente en dos tramos horarios: a las 14:00 horas y a las 14:20 horas. Sin embargo, a las 13:30 horas ya eran cientos los que esperaban con nervios en el exterior de la Facultad de Economía y Turismo de la Universidad de La Laguna, para intercambiar pareceres con otros compañeros y con vistas a acceder cuanto antes al aula para relajarse antes del examen, que comenzaba a las 15:00 horas. Sin embargo, la principal culpable fue la lluvia lagunera. La misma que arreció en varias ocasiones obligando a cientos de aspirantes a resguardarse en el pequeño espacio techado al aire libre, independientemente de la hora a la que habían sido citados.

“No sé si se ha hecho bien o mal pero aquí hay mucha gente; se ha querido evitar pero no ha funcionado”, alegó Tania Cañizares, aspirante a una plaza de medicina. Jorge Esquivel, aspirante a un puesto en farmacia, por su parte, añadió que quizás hubiera sido necesario contar con efectivos de seguridad para las entradas. “En el interior todo está muy bien organizado, señalizado y con geles hidroalcohólicos en cada esquina, pero aquí fuera hay mucha gente”, insistió. Paula Moreno, por su parte, responsabilizó también a los propios opositores de que se diera esta situación. “Quizás tendríamos que haber venido a la hora exacta”, señaló, al tiempo que consideró que los nervios pudo haberles costado ese error. “Estamos todos con mascarillas, pero no se está cumpliendo la distancia”, remarcó Moreno que acabó reflexionando que: “igualmente, si somos 300 personas y lo iban a dividir en dos llamamientos, acabaríamos siendo 150 y 150 al mismo tiempo”.

A excepción de la organización, la jornada discurrió con normalidad en Canarias. En el Archipiélago se presentaron 1.284 personas, de las que 676 lo hicieron en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y otras 608 en Las Palmas de Gran Canaria. Por especialidades, en todo el Archipiélago 740 se presentaron a medicina, 326 a enfermería, 66 a farmacia, 124 a psicología, 22 a biología, 4 a física y 2 a química. Se examinaron junto a ellos un total de 29.251 aspirantes en 28 localidades de todo el país para optar a una de las 10.249 plazas ofertadas de Formación Sanitaria Especializada (FSE) que oferta el Ministerio de Sanidad. El Archipiélago oferta 409, por lo tanto, si todos los aspirantes de Canarias lograran plaza y quisieran permanecer en las Islas, tan solo un 31% de ellos podría hacerlo. Una vez culminen el examen, si logran colarse entre los primeros 10.000 puestos, podrán acceder a una plaza de formación especializada y entonces comenzará otra de las fases de la selección, y una de las más complicadas, la de elegir hospital y especialidad. Los aspirantes deben decidir en ese momento qué es lo que quieren hacer al menos los siguientes cuatro años, en los que tendrán que realizar sus respectivos periodos de residencia. No obstante, la decisión tiene una transcendencia mucho mayor, pues para muchos supone el momento de decidir a qué se quieren dedicar el resto de su vida. Además, si no les convence lo que están haciendo y quieren dejarlo, deberán volver a retomar todo el proceso, teniendo que rehacer el examen.

La pandemia ha provocado que este año haya sido algo diferente para estos aspirantes a una plaza de formación. El examen se ha demorado dos meses con respecto a años previos –cuando se hacen a finales de enero– lo que para algunos ha sido un aliciente para presentarse, pero para otros una verdadera tortura. “Por el lado de estudiar, ha sido beneficioso porque las restricciones obligaban a estar en casa”, indica Jorge Esquivel, que remarca que ha sido “duro porque a la gente le ha afectado psicológicamente”. “Estamos cansados”, señala la aspirante a una plaza de medicina, Nadia Díaz. Coincide con ella César Díaz, compañero de esta última en la carrera de medicina, que señala que “lo que tenemos ya ganas es de descansar”. Sin apenas actividades para evadirse del estudio debido a la crisis sanitaria, los opositores no tienen claro tampoco si esos dos meses de más de estudio marcarán alguna diferencia. “Al final todos hemos tenido el mismo plazo para estudiar”, concluye Estefanía Díaz, antes de enfrentarse al examen de 175 preguntas que marcará el resto de su vida.