El Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria ha salido al rescate del Hospital Universitario de Canarias (HUC) cediéndole espacio para que pueda continuar estos días con la actividad quirúrgica, a pesar de la saturación que vive por el incremento de pacientes Covid-19. La Consejería de Sanidad adelanta así la creación del Distrito Único, una estrategia contemplada dentro del Plan Aborda de las listas de espera, que permite a los pacientes operarse en cualquier hospital de la isla en caso de que la lista de espera para su patología sea mayor en el hospital en el que está adscrito que en su homólogo. Esta vez, sin embargo, no ha hecho falta aguardar a una gran lista de espera; la presión por pacientes con Covid-19 muy graves ha sido suficiente como para precipitar la nueva organización interna dentro del Servicio Canario de la Salud (SCS).

El HUC ha tenido que suspender al menos 3 cirugías oncológicas en el transcurso de esta semana debido a la cantidad de pacientes que han accedido a la unidad de críticos. La situación, que adelantó la Cadena SER, se resolverá hoy, cuando está previsto operarles, pero no es lo único que ha sucedido estos días en el hospital. La circunstancia ha obligando a la dirección del centro a replantearse retrasar aquellas que pudieran requerir una cama de UVI, especialmente en aquellas que podían esperar. Las cirugías oncológicas, cardiacas y neurológicas se encuentran entre las más afectadas, dado que son las que potencialmente pueden requerir una cama de críticos tras la intervención. No obstante, como remarca la directora médica del centro hospitalario, Sagrario Bustabad, este parón abrupto no ha afectado a toda la actividad quirúrgica por igual. “Seguimos operando a pacientes oncológicos y a todos aquellos que no requieran ingreso posterior en UVI”, explica Bustabad, que insiste en que solo se ha suspendido o retrasado cirugías “en aquellos casos que podían esperar uno o dos días más”.

Con 18 pacientes ingresados por Covid-19 en una UVI de 24 camas, el HUC está cerca de asemejar sus datos a su pico máximo durante la primera ola: 19 pacientes ingresados en esta unidad. Sin embargo, la situación ahora es distinta. El hospital, al contrario que durante el confinamiento, está funcionando al máximo rendimiento que permite la emergencia y hay muchos pacientes con una patología distinta a la Covid-19 que se han derivado a las camas de recuperación de quirófano, como parte del Plan de Contingencia del hospital. No obstante, poco después de activar este escenario, la planta también se ha llenado. “Tenemos poco margen”, insiste la Bustabad, que señala que se han dejado al menos dos camas en la UVI para cubrir a pacientes urgentes o accidentes.

Detener el ritmo quirúrgico tiene un riesgo asociado: incrementar unas, ya de por sí, largas listas de espera. En diciembre, 50 pacientes se encontraban aguardando por una cirugía cardiaca, y lo hacían una media de 106,9 días, es decir, tres meses y medio. Otros 484 esperaban por una intervención quirúrgica en la especialidad de neurocirugía, por una media de 221,1 días, es decir, siete meses. La puesta en marcha del Distrito Único podría evitar un mal mayor, pero también supone otros problemas. “Si hay una cirugía que realizar de manera inmediata, puede que no tengamos efectivos para hacerlo”, señala Bustabad, dado que la concesión de quirófanos y camas de recuperación por parte de La Candelaria tiene la contrapartida de que el HUC debe facilitar sus cirujanos y anestesistas. “Debemos organizarnos bien”, insiste la directora médica, que resalta que, por el momento, no se ha puesto en marcha esta acción.

Sanidad también ha decidido implementar la figura del Distrito Único porque es difícil que en un corto periodo de tiempo haya una importante reducción de los pacientes Covid-19 en el área de críticos del HUC. “Estos pacientes suelen estar entre 20 y 30 días ingresados de media”, recuerda Sagrario Bustabad, que llama la atención sobre otra situación que está favoreciendo la saturación de la UVI del hospital. “Los pacientes Covid-19 están entrando por Urgencias, cuando llegan hay que ingresarlos inmediatamente en UVI; antes era más común que primero ingresaran en planta y fueran empeorando sus síntomas”, indica la directora médica. Los datos lo avalan. En la primera ola, con el mismo nivel de ocupación de UCI que ahora, el HUC tener centenar de pacientes ingresados en planta. Ahora no llegan a 50.

La suspensión de las cirugías oncológicas en el HUC ha generado incertidumbre en los pacientes y al mismo tiempo ha sumido en el miedo en los sanitarios, que ven como con la amenaza de una cuarta ola se cierne sobre sus espaldas. “Los trabajadores tenemos el miedo en el cuerpo, es un año de cansancio y agotamiento pandémico”, señala la portavoz de Intersindical Canaria en el centro hospitalario, Catalina Darias. Como narra la delegada sindical, el HUC había conseguido estabilizar el número de pacientes que ingresaban en UCI después de sufrir de lleno la ola de navidad, que afectó mayoritariamente a la población del norte de Tenerife. “A principios de marzo teníamos unos 8 pacientes en la UCI, con menos del 30% de ocupación”, relata Darias. En tan solo dos semanas, y con más fuerza durante este último fin de semana, se pasó a tener 10 pacientes más de golpe. “Está claro el efecto del no carnaval”, concluye Darias.

Los pacientes oncológicos, por su parte, temen porque este parón pueda extenderse en el tiempo. “Es una situación que genera mucha incertidumbre, en esta enfermedad que hay que gestionar las emociones y los miedos y temores pueden agravarla”, señaló Ana Prado, gerente de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Santa Cruz de Tenerife. Durante toda la pandemia el cáncer ha sido relegado a un segundo plano, a pesar de que es la enfermedad que más fallecimientos acumuló el año pasado en Canarias, por encima incluso de la Covid-19: casi un millar durante los primeros cinco meses del año. Tan solo durante el confinamiento 1 de cada 5 pacientes dejaron de ser diagnosticados o se diagnosticaron tarde. La AECC asegura que estos retrasos se siguen perpetuando.

La Asociación de Cáncer de Mama de Tenerife (Ámate) corrobora esta circunstancia, y añade que esta situación se ve agravada por la falta de personal en estos centros hospitalarios. “Nos preocupa mucho que si ya hoy existe tanto retraso para operaciones de pacientes con cáncer en el Hospital de la Candelaria, estas circunstancias, retrase aún más las operaciones quirúrgicas en la Residencia”, insiste Carmen Bonfante, presidenta de Ámate.