Estados Unidos es la meca. Para un Instituto de Astrofísica de Canarias, que ya cuenta con colaboraciones internacionales sólidas en Europa, Japón y China, Estados Unidos es la “tarea pendiente” en colaboración internacional”. El punto de inflexión, a ojos del director del IAC, Rafael Rebolo, estará en la construcción del Telescopio de Treinta Metros en el Roque de Los Muchachos, en La Palma. “Es un desafío, ojalá que con el cambio de gobierno podamos progresar en él”, señaló el director haciendo alusión a la importante tarea que ahora corre a cargo del Ejecutivo americano: decidir si financia el TMT o desiste y le cede el proyecto a España.

Rebolo señala que existe colaboración con Estados Unidos actualmente, pero “no es muy potente”. Algún telescopio en el Teide, otra colaboración con el Grantecan y proyectos en conjunto con investigadores de centros punteros del país conforman la red con la que cuenta el IAC. Pero quiere ir más lejos. El Astrofísico desea una relación científica tan fluida como la que ha podido afianzar históricamente con Europa o como la que ha formado poco a poco con Japón gracias a la construcción de la red de telescopios Cherenkov en La Palma.

Cualquier oportunidad permitirá a Canarias explotar al máximo su potencial científico y consolidarlo. Y en esto tiene mucho que ver los propios convenios vigentes en materia de investigación. Los científicos del IAC participan en investigaciones alrededor del mundo. Cada uno tiene como mínimo 2 o 3 proyectos de investigaciones internacionales. Es el caso de la explotación de instrumentos como el espectógrafo Espresso, instalado en el Very Large Telescope (VLT) de Chile. Gracias a esta participación, el IAC continúa buscando signos que corroboren su teoría de que en la estrella más próxima al Sistema Solar, Próxima Centauri, existe un planeta más aparte del que ya se constató previamente. Con este proyecto, de hecho, los investigadores se han lanzado a la divulgación por redes sociales. A través del hashtag #proximalive se va informando de los descubrimientos hallados con las observaciones en tiempo real.

El instituto también cuenta con varios proyectos que involucran directamente en la observación del espacio. En este sentido, con la Agencia Espacial Europea (ESA), el IAC se ha adherido a un total de tres misiones. Por un lado está la misión Cheops, que se lanzó en el año 2019 y que buscará signos de supertierras y minineptunos. La siguiente en salir será la Misión Euclides, que se lanzará previsiblemente en 2022 y con la que se estudiará la energía y la materia oscura. La última es la Misión Patón, que está previsto que se lance en el año 2026 y con la que comenzará una extensa búsqueda de exoplanetas. Todas estas misiones tendrán representación canaria. También cuentan con una colaboración con la NASA en una misión de física solar para tomar datos relacionados con las capas más externas del Sol.

Los investigadores también hacen explotación de telescopios que no están en Canarias, como el Large Synoptic Telescope, de titularidad americana y que se encuentra en Chile. Con este telescopio, de ocho metros de diámetro, se están recabando datos relacionados con la variabilidad en escala de días de algunos objetos, lo que ayuda a conocer mejor la materia oscura.

Por último, es común que el IAC se adhiera a redes europeas para aunar fuerzas y estudiar una temática común. “De este tipo de redes hemos podido tener entre 10 o 12 activas en la última década”, explica Rebolo, que incide en que las temáticas son muy variables y puede abarcar desde la física solar hasta la cosmología. Gracias a ello han logrado conexiones con los institutos y centros más punteros del mundo. “Tenemos colaboración en cada una de las seis líneas de investigación en las que trabajamos actualmente”, señala. Estas redes pueden involucrar a 6 y hasta 10 institutos distintos y permiten “coordinar esfuerzos, para hacer ciencia juntos”.