El Servicio de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia del 1-1-2 recibió a lo largo de 2020 un total de 15.592 llamadas, de las que el 60 por ciento (9.407) fueron de emergencia; el 19% (3.294) de urgencia y el 21 por ciento restante (2.891) de información. Respecto a 2019, en el pasado año aumentaron un 15 por ciento las llamadas de emergencia y los dispositivos de emergencia para mujeres agredidas (DEMA) se tuvieron que activar en 1.966 ocasiones (407 veces más que en 2019).

El mes con mayor número de llamadas fue agosto (1.527) y en la comparativa con los datos del 2019, abril, coincidiendo con el confinamiento por la pandemia, fue el periodo en que más aumentaron los avisos, cerca de un 17%.

Por edades, un total de 86 eran menores de edad y, entre estas, 15 fueron niñas con menos de 12 años, según la información ofrecida ayer por parte del departamento de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno canario.

Entre las solicitantes de ayuda, 2.682 víctimas tenían entre 18 y 35 años; 3.131 afectadas eran mujeres de entre 35 y 55 años, mientras que 773, más de 55. En cuanto al tipo de agresor recogido en las estadísticas, en más de la mitad de los asuntos registrados, en el 53 por ciento era la pareja actual de la afectada y en el 22% la expareja. Un 16 por ciento de las solicitantes de apoyo no especificó la relación que mantenía con el agresor y en el resto fue el padre, un amigo, el hijo o un desconocido.

Cerca de la mitad del total de incidentes, 6.946, fue comunicado por la propia víctima de los hechos y en 4.410 ocasiones lo hizo un alertante accidental. El resto fue comunicado por alguna institución, un familiar, el servicio Atenpro, el 016 y el nuevo recurso Mascarilla-19, que se activa desde las farmacias. El 48% de las llamadas fueron por violencia no física, el 41% violencia física sin agresión sexual y el 2% por violencia física con agresión sexual. El resto se trató de coordinación (3%) o violencia no definida. Tenerife fue la isla desde donde más solicitudes se hicieron.