La enfermera Beatriz González debía incorporarse hoy a los trabajos de vacunación de la Covid-19 en Tenerife, pero no podrá hacerlo al quedar atrapada en Madrid, a donde se trasladó para una revisión médica, debido al cierre del aeropuerto de Barajas. Espera desde el viernes poder retornar a la Isla.

Dos días lleva esperando Beatriz González para poder viajar desde Madrid a Tenerife. Su vuelo debió despegar el pasado viernes a las 20:00 horas, pero los estragos que la tormenta Filomena ha causado en la capital española, que obligaron a paralizar por completo la actividad del aeropuerto Madrid-Barajas hasta ayer, le han mantenido a la espera de poder retornar a la Isla, donde le espera un trabajo esencial, vacunar de la Covid-19. Esta enfermera, que viajó a Madrid junto a su hija para una revisión médica, tenía que haber estado hoy inmunizando contra el virus en Tenerife, pero Filomena cambió sus planes de pasar apenas diez horas en la capital española y los transformó en todo un fin de semana pendiente de las operaciones aéreas.

“El viernes nos tuvieron dos horas sentadas en el avión, a pesar de que ya se sabía que la actividad aérea en Barajas había sido cancelada”, se queja. Sin embargo, cuando consiguieron desembarcar, no tuvieron que quedarse en el aeropuerto a pasar la noche, algo que sí hicieron unas 600 personas que no contaban con otra alternativa. González y su hija pudieron trasladarse a casa de una amiga de esta última que estudia allí.

“Unas colas inmensas”

“Cuando salimos del avión la cola en el mostrador era inmensa y no había ningún trabajador para atender a los pasajeros”, recalca. Por eso, ante el temor de no poder trasladarse hasta el centro de Madrid si empeoraba la tormenta, cogieron el metro y llegaron lo más rápido posible. “Fue después cuando cambié el vuelo a uno del sábado, que también se canceló”, recuerda.

Aunque confiaba en poder regresar a Tenerife ayer en un vuelo que salía de Madrid a las 17:00, hora a la que se anunció que el aeródromo retomaría la actividad, finalmente este también fue cancelado y González no tuvo más remedio que quedarse una noche más para volver a intentar viajar hoy a las 20:00 horas. “Había más de 400 personas, entre ellos muchos canarios, en el mostrador de Air Europa, que no nos avisó de que el vuelo estaba cancelado, simplemente desapareció del mostrador”, señala.

González expone que la Unidad Militar de Emergencia (UME) se afanó durante todo el día de ayer en sacar la nieve de las pistas del aeropuerto para que los aviones pudieran comenzar a operar de nuevo. “Cuando llegamos por la tarde no había casi nadie, pero vimos muchas mantas en el suelo, se notaba que algunos habían tenido que pasar la noche allí”.

Sin ropa para la nieve

González asegura que a pesar de que la actividad en el aeropuerto estaba paralizada “podías seguir comprando vuelos tanto para el sábado como para el domingo”, por lo que muchos se afanaban en adquirir nuevos billetes para no perder la posibilidad de salir de Madrid. A pesar de que tanto ella como su hija han tenido que pasar el fin de semana en Madrid, no han podido disfrutar demasiado de la nieve. “No veníamos con la ropa adecuada par ello”, lamenta.

A González no le son ajenas las tormentas de nieve, ya que estuvo viviendo varios años en Canadá, por eso, aunque insiste en que no se puede comparar la situación, sí que considera que ha existido una falta de previsión para hacer frente a Filomena. “Si sabes que viene una tormenta de estas características debes abastecerte de sal y tener preparados los quitanieves”, valora. Además, opina que se debió prohibir la circulación de vehículos en algunos puntos, algo que hubiera evitado que muchos quedaran atrapados en sus coches.