El toque de queda a las 22:00 horas, las reuniones de cuatro personas, el cierre del interior de los bares y la limitación de entradas y salidas desde y a Tenerife permanecerá activo dos semanas más, a no ser que la isla mantenga la tendencia positiva respecto a los contagios que se ha constatado en las últimas semanas. “En siete días, en Consejo de Gobierno, revisaremos la situación de la isla y esperamos poder empezar a aliviar las medidas”, explicó en la tarde de ayer el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, tras reunirse en el primer Consejo de Gobierno del año.

Y es que, aunque la situación de la isla ha mejorado ligeramente en las últimas semanas, pasando de una incidencia acumulada de 248 casos por 100.000 habitantes a 14 días vista a una de 169,1 por 100.000 habitantes, el Gobierno de Canarias considera que aún debe mejorar sus datos antes de aventurarse a levantar las restricciones.

“La situación en Canarias se ha mantenido”, insistió Torres, pero lo ha hecho porque los datos de Gran Canaria y Lanzarote son estas semanas muy desfavorables. “Gran Canaria tenía una incidencia de 61 casos por 100.000 habitantes y ha pasado a una de 97 casos por 100.000 habitantes, mientras que Lanzarote ha pasado de una de 34,8 a otra de 122,8 en 14 días”, afirmó el presidente. “La conclusión es que las islas con peores parámetros y medidas más restrictivas mejoran, pero empeoran en la otras islas, con lo que el conjunto del Archipiélago permanece en la misma situación”, concluyó el presidente que remarcó que “esta situación obliga a la toma de decisiones con respecto a las islas que están peor”.

Esta situación, que refleja la relajación de las medidas durante el periodo navideño, es la que ha obligado al Gobierno a plantear medidas más drásticas en estas dos islas que pasarán, a partir de la madrugada del lunes, a semáforo amarillo o nivel de riesgo 2.

Esto significa que durante las próximas dos semanas –y no menos– ambas islas, se unirán a La Gomera y tendrán que respetar el límite de grupos de un máximo de cuatro personas, tanto en ambientes públicos como privados, y que deberán acatar el toque de queda desde las 23:00 horas y hasta las 6:00 de la mañana. También tendrán que convivir con un transporte público limitado al 50% y se verán obligados a limitar las visitas a los centros hospitalarios y sociosanitarios, para reducir los contagios en estos ámbitos. Tampoco se permite deporte en equipos, pues esta práctica estará limitada a cuatro personas. Los aforos en espacios abiertos están limitados al 75% y en espacios cerrados depende de la actividad estarán limitados entre el 50 y el 33%. En los eventos deportivos, además, queda prohibida la asistencia de público.

Fuerteventura, La Palma y El Hierro, por sus mejores datos, se mantendrán al menos una semana más en semáforo verde o riesgo 1. Es decir, sus reuniones quedan limitadas a 6 personas y se vigilará especialmente el aforo en el transporte.

Estas medidas son algo más restrictivas que las que se habían barajado el pasado 24 de diciembre para con vistas a las fiestas navideñas. En un Boletín Oficial de Canarias (BOC) publicado en ese día se disponía que en nivel 1 las reuniones estarían limitadas a 10 personas y en nivel 2 a 6. No obstante, en esta última actualización se ha decidido rebajar aún más el número de personas de distintos grupos de convivencia que puedan estar juntas, para así reducir los contactos.

El Gobierno de Canarias se pondrá ahora manos a la obra para redactar un nuevo decreto que “se publicará en los próximos días” para poner en vigor las nuevas medidas de restricción a partir de la madrugada del domingo al lunes. En su comparecencia, el presidente del Gobierno se excuso de la toma de decisiones afirmando que “los niveles de riesgo están tasados” y son homogéneos para todas las comunidades autónomas. Los niveles de riesgo están estipulados en un documento consensuado por todas las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial de Salud.

El presidente del Gobierno no escondió su preocupación por la celebración de las fiestas cuyos efectos aún no se han notado. “Estos últimos 15 días son en los que se producen mayores contactos y es la razón por la que Europa está como está”, remarcó e insistió en que la importancia de seguir los datos de los próximos días porque será entonces cuando los efectos de Reyes, fin de año y este último fin de semana de vacaciones sean palpables.

El presidente aprovechó su comparecencia para informar sobre la evolución de la campaña de vacunación de Covid-19 en Canarias. Según aseguró, hasta el momento se ha vacunado al 60% de la población de riesgo incluida en el grupo 1 de la fase 1 de vacunación, es decir, los usuarios y personal de residencias.

Según señaló, el Servicio Canario de la Salud (SCS) ha suministrado 9.623 dosis de la vacuna de Pfizer y se espera que culmine con esta primera ronda de vacunación el 14 de enero. “Eso es casi 17.000 personas”, insistió el presidente. Una vez culmine esta fase, se pasará a vacunar al bloque 2 de esta primera fase, es decir, al personal sanitario, algo que ya ha comenzado en algunas islas como Fuerteventura o La Gomera. El último grupo a vacunar en esta fase serán las personas más vulnerables, que están registradas en los servicios de Atención Primaria y a las que se acudirá directamente a domicilio para que puedan recibir la inoculación. También se espera que en los próximos días llegue la vacuna fabricada por Moderna, una vez que ha sido aprobada por Europa.