“Es una medida excesiva para los turistas”. Así se quejó ayer Stuart Moore nada más aterrizar en Tenerife de la obligatoriedad de tener que presentar una prueba PCR para poder viajar hasta la Isla. Sin embargo, como la mayoría de los pasajeros que llegaron este lunes desde países considerados de riesgo por su situación epidémica cumplió con su obligación de portar un test negativo. Este inglés que viajó desde Londres hasta Tenerife para pasar una semana de vacaciones considera que “no era necesario” poner en marcha esta medida y recalcó que su pareja y él habían tenido que desembolsar 240 libras, unos 270 euros, para someterse a la prueba PCR en el Reino Unido.

Un coste que muchos consideran demasiado elevado, ya que en esta época del año pueden encontrarse billetes de avión de Londres a Tenerife que no superan las 100 libras, por lo que algunos turistas podrían pagar más por realizarse el test que por su traslado hasta la Isla. Algo que ha hecho que en Canarias salten las alarmas, ya que apuntan que la medida podría desincentivar los viajes turísticos.

España exige desde ayer a todos los pasajeros procedentes de países en riesgo la presentación de un PCR negativo, realizado con 72 horas de antelación, para poder acceder al territorio. Para ello, se han establecido en los aeropuertos controles en los que personal de Sanidad Exterior se encarga de pedir esta documentación a los viajeros de forma aleatoria.

En caso de que los viajeros no lleven la PCR consigo pueden enfrentarse a una elevada multa, que podrá alcanzar los 3.000 euros si se trata de una falta leve o los 6.000 si se considera una incidencia grave. Además, tendrán que someterse a un test de antígenos en la propia instalación aeroportuaria, donde conocerán los resultados una hora después.

Sin embargo, según fuentes consultadas por este periódico el cumplimiento de esta medida fue mayoritaria entre los pasajeros que llegaron ayer al aeropuerto Tenerife Sur, por lo que en los puntos habilitados para realizarles las pruebas de antígenos a aquellos turistas que carezcan de la PCR no hubo mucho movimiento.

Aunque los viajeros se mostraban felices de poder viajar a la Isla con seguridad, algunos no dudaron en quejarse nada más poner un pie en Tenerife.

Moore apuntó que, al menos en el caso británico, deben someterse a una prueba en un centro privado, ya que la que se realiza de forma gratuita a través del Sistema Nacional de Salud no es válida, porque carece de información como el número de pasaporte o el documento de identidad que sí debe figurar en la prueba que se utiliza para viajar. “A una pareja no la dejaron embarcar en Londres porque solo contaban con este último”, aseguró. Por eso, tienen que recurrir al que se conoce como fit to travel Covid test, que cuesta entre 112 y 168 euros según el lugar donde se realice.

Presentación aleatoria

Los turistas aseguran que tuvieron que presentar la prueba PCR negativa en el momento de facturar en sus lugares de origen pero que a su llegada a Tenerife Sur no todos tuvieron que enseñar la documentación, ya que se solicita de manera aleatoria. Algo que molestó a algunos viajeros que no entendían por qué no se les requería a todos.

Esta prueba deben portarla todos los pasajeros procedentes de países en riesgo sin importar el tiempo de su estancia en el país. Por eso, Katie Myer, otra de las turistas que llegó ayer en uno de los pocos vuelos internacionales que recibió el aeródromo Reina Sofia, se quejó de que aunque solo vaya a pasar un par de días haya tenido también que abonar el coste de esta prueba. “No creo que sea adecuado solo vengo unos días y he tenido que pagarla”, manifestó molesta , mientras mostraba en la terminal de llegadas el documento que llevaba en el móvil.

De la misma opinión es Carrie Arundel quien aseguró que mientras que en el aeropuerto de Londres “había cuatro o cinco personas pidiendo que le enseñáramos el test” y los pasajeros no podían acceder el avión hasta que lo hubieran hecho, en Tenerife era diferente, ya que no se les exigía a todos los pasajeros.

Formulario de salud

Lo que sí tenían que cumplimentar era el llamado control documental, un formulario de salud pública en el que se hacen constar los datos personales y en el que declaran no tener síntomas ni haber estado en contacto con un positivo. A partir de ayer este formulario incluirá también una pregunta sobre si se dispone de una prueba PCR negativa realizada en las 72 anteriores a llegar a España.

Arundel también se queja del alto coste que tienen las pruebas PCR exigidas para viajar y que en su caso han encarecido su viaje en unas 120 libras, cuando en esta época del año se pueden encontrar vuelos por menos de cien. “Es un poco excesivo”, argumentó.

Eva López: "Es un buen sistema de seguridad frente al Covid, pero puede tener efectos negativos"

Según establece la normativa aprobada por el Gobierno de España se solicitará un test PCR para entrar en el país a todos los viajeros procedentes de países o zonas de riesgo, independientemente de su nacionalidad o lugar de residencia.

Por este motivo, Eva López y Juan Álvarez, dos pasajeros españoles procedentes de Zurich también debieron someterse a una PCR y presentar la documentación antes de embarcar en el avión. “Hemos tenido que traerla como todos los demás”, aseveró él, sin detenerse para llegar al coche lo antes posible.

El aeropuerto Tenerife Sur apenas registró movimiento si se compara la jornada de ayer con cualquiera de las que tuvieron lugar durante la temporada de invierno del año pasado. Apenas diez vuelos internacionales procedentes de destinos como Londres, Zurich, Glasgow, Milán o Bruselas, que no venían llenos hasta la Isla. El confinamiento decretado en el Reino Unido, principal país emisor de turistas para Tenerife, así como las restricciones para viajar impuestas por otros estados europeos como Alemania o Bélgica han vaciado de nuevo sus instalaciones después de la tímida mejora que experimentó cuando en octubre tanto Alemania como Reino Unido volvieron a considerar a Canarias como un lugar seguro para viajar por la baja incidencia del virus.

Una situación que sufren cada día la treintena de taxistas que trata de captar algún cliente en la terminal de Tenerife Sur y que aseguran ya no saben qué harán si la situación va a peor.

Algo que temen desde las administraciones del Archipiélago que ya han advertido de que si el Gobierno de España no autoriza a los pasajeros a viajar portando un test de antígenos, en lugar de un PCR, la medida puede acabar afectando a la industria turística, debido al elevado coste de estas últimas pruebas.

La Comisión Europea ya ha avalado los test de antígenos como medida de detección del nuevo coronavirus, pero el Gobierno de Sánchez todavía no ha dado el visto bueno a que los turistas puedan utilizarla como prueba alternativa a las PCR para entrar en España, a pesar de que en el caso de que no la traigan realizada desde sus países de origen, Sanidad Exterior los somete a uno de estos test en el aeropuerto.

Además, la medida aprobada por el Ejecutivo central tiene que convivir con el decreto aprobado por el Gobierno de Canarias, en vigor desde el pasado 14 de noviembre, y que establece la obligatoriedad de presentar un test negativo de Covid-19 para alojarse en cualquier establecimiento turístico del Archipiélago. Una prueba negativa que puede ser tanto una PCR como un test de antígenos.

Las patronales turísticas de las Islas llevan también semanas reclamándole al Gobierno central que acepte los test de antígenos como prueba para acceder a España desde países de riesgo y ya alertaron de que el elevado coste de las PCR en algunos países estaba provocando cancelaciones y una bajada de las reservas turísticas en Canarias.