Desde que comenzaron estas movilizaciones ustedes han sostenido que estos jóvenes no representan al estudiantado de la ULL. ¿Por qué?

Esto no es movimiento estudiantil, no son estudiantes reclamando sus derechos ni queriendo buscar una solución a un problema. Son un colectivo antisistema que pretende lograr unos objetivos que no son factibles. Tenemos constancia de que el porcentaje de estudiantes entre estas personas es muy bajo e incluso están haciendo llamamientos para que otros colectivos se sumen, independientemente de que tengan representación en la ULL. Esto es una lucha que quieren tener y han aprovechado lo que sucedió en la Facultad de Bellas Artes para usarlo como detonante.

Durante la semana pasada, cuando estuvo ocupado el Rectorado, ¿cómo garantizaron estos servicios?

Esta situación ha sido una molestia importante para los trabajadores y agradecemos las facilidades y el entendimiento que están mostrando. Pero no es factible que sigan teletrabajando durante mucho tiempo. La actividad no se ha visto afectada y la atención al público continúa de manera telemática, igual que antes del cierre. Las personas que no pueden teletrabajar se han reubicado en otros edificios e incluso el equipo de gobierno está haciendo su labor en otros espacios.

La gran demanda del grupo ha sido la dimisión de la rectora. ¿El equipo de gobierno se llegó a plantear esta posibilidad?

En ningún momento. Sobre todo porque no hay que perder la perspectiva que no se trata de miembros de la comunidad universitaria los que lo demandan y no representan a ningún colectivo legítimamente elegido. Por eso no se nos pasa por la cabeza una dimisión porque los que nos lo están pidiendo son un colectivo de antisistema y que rozan la delincuencia.

¿Cómo afronta la Universidad los hechos que ocurrieron en la Facultad de Bellas Artes hace una semana?

Estamos haciendo dos cosas. Ya tenemos muy desarrollada una instrucción que operará en breve para la cesión temporal de los espacios públicos de la ULL. Vamos a ser más exhaustivos, se va a requerir mayor información y se está estableciendo el procedimiento que va desde la presentación de la memoria detallando las actividades que se van a desarrollar, la autorización por parte de los decanos de los centros correspondientes, la realización de un informe previo por parte del servicio de contratación y por último la firma de la Gerencia de la Universidad. Se están estableciendo qué actividades se podrán hacer y cuáles no e incluso qué condiciones han de tener los actos en este momento actual con la situación sanitaria que vivimos. Por otro lado, hemos pedido explicaciones al Ayuntamiento; el lunes presentamos por registro de entrada un escrito para pedir un informe sobre las condiciones en las que se había desarrollado ese acto, las razones por las que no se nos había informado de en qué consistía y solicitando que se exima de responsabilidades a la ULL. Este grupo que se moviliza estos días plantea que estamos militarizando la universidad y no es así. Nos hemos limitado a ceder un espacio con toda la buena voluntad del mundo y en el marco de colaboración que mantenemos con el Ayuntamiento de La Laguna. Está claro que no queríamos generar una situación como esta, tan incómoda para todos.

En ese procedimiento que están realizando, ¿acotarán las actividades que se puedan realizar en los espacios de la ULL?

Sí. Se va a acotar el tipo de actividad. Todas ellas tendrán que estar en consonancia con la filosofía e idiosincrasia de la ULL y se recogerá expresamente que actividades de tipo policial o militar no podrán ser desarrolladas en nuestras instalaciones.

El grupo de jóvenes que se manifiesta estos días solicita también la reducción del pago de las segundas matrículas.

Eso no es competencia de la Universidad. Cada año se publica un decreto de precios públicos por parte del Gobierno de Canarias y en él no se incluyó este compromiso adquirido por el equipo de la anterior consejera de Educación. Hemos solicitado un informe a la Asesoría Jurídica de la ULL y nos han dicho que no podemos establecer una bonificación ni una exención sobre un decreto que nosotros no elaboramos así que la única solución que tenemos es llevar a cabo una convocatoria de ayudas para el estudiantado que se encuentra en esta situación. El pago de las segundas matrículas es superior y este año el Gobierno de Canarias sí ha incluido en la convocatoria de becas la posibilidad de financiar hasta la cuarta matrícula. Pero, para las personas que no vayan a recibir una beca del Gobierno de Canarias, vamos a abrir una convocatoria específica que haremos cuando tengamos perfilado el presupuesto del año 2021. Esa partida ya se encuentra incluida en el Capítulo de transferencias corrientes del presupuesto de 2021 que ahora mismo está en fase de aprobación. Es la primera vez que se hace porque no nos habíamos encontrado en una situación económica como la actual.

Esta situación ha incrementado el gasto de la Universidad y otra de las demandas de los jóvenes es cómo se ha afrontado el inicio del curso que, a pesar de la inversión, no está dando los resultados esperados.

Llevamos ya más de tres millones y medio de euros invertidos en 2020 en prevención de riesgos laborales, en la adquisición de medios materiales tecnológicos para poder prestar docencia y para poder desarrollar actividades en régimen de teletrabajo, el incremento del servicio de limpieza, la inversión en productos sanitarios... y aún no hemos recibido ni un solo euro del Gobierno de Canarias de los fondos Covid. De los 87 millones de euros que le corresponden a Canarias en Educación, 17 son para educación superior y, de ellos, seis son para cada una de las universidades públicas de las Islas. Tenemos previsto que al menos un millón nos llegue este año y los otros cinco, en 2021. De hecho, en el presupuesto de la Universidad hemos incluido una previsión con esos cinco millones de euros que nos permitirían efectuar la mejora de la ventilación de las aulas, mantener un servicio de limpieza duplicado o garantizar la modernización virtual.

Y esos tres millones y medio de inversión han salido de un presupuesto que no estaba preparado para afrontar esta pandemia.

Efectivamente no estaba en nuestras previsiones que fuéramos a tener que hacer esta inversión y lo que hemos tenido que hacer, y es precisamente otra de las quejas que nos han planteado en los últimos días, es sacar del Capítulo I destinado a gastos de personal el dinero necesario para la adquisición de material para ofrecer clases online, así como el incremento de la limpieza. Nos han echado en cara que hemos quitado tres millones de euros para la contratación de personal pero realmente hemos destinado es el sobrante porque durante el estado de alarma todos los procesos de contratación de personal se paralizaron y no ha habido posibilidad de invertir ese dinero. Lo que hemos hecho es evitar que ese dinero se vaya al remanente de tesorería porque la Ley de estabilidad presupuestaria dice que el dinero que no nos gastemos en ese año no podremos usarlo. Tuvimos que hacer ese traslado de dinero en junio porque los procesos de licitación llevan su tiempo y queríamos tenerlo resuelto para garantizar, por ejemplo, el servicio de limpieza a partir del 5 de octubre.

Más allá de los cinco millones que esperan recibir del fondo Covid, ¿el presupuesto del próximo año de la ULL contará con muchas novedades?

Más allá de eso, prácticamente mantenemos el proyecto de presupuestos de 2020. Tras la presentación del presupuesto de la Comunidad Autónoma, ha sido una suerte que esta situación de crisis económica y de reducción de ingresos públicos haya permitido mantener nuestra financiación y además vamos a ver tener un aumento de unos 400.000 euros. Por todo eso, podremos seguir garantizando las actividades que ya teníamos previstas para 2020 y, además, atendemos a las necesidades del Covid y eso es una parte fundamental porque lo que no queríamos era asumirla con el presupuesto de la Universidad.

¿Han tenido que retrasar muchas actuaciones a la espera del ingreso de los fondos covid?

Sí, buena parte de la mejora de las instalaciones está a la espera de que llegue ese dinero. Hay intervenciones que hay que realizar en los baños de los colegios mayores que no hemos podido hacer.

En cuanto a la paralización en la contratación de personal, ¿cuándo van a retomar esos procesos?

Pues precisamente esta semana hemos aprobado la contratación de 83 ayudantes de doctor, más las plazas de catedráticos, titulares y contratados de doctor que ya estaban convocadas. No hemos paralizado en ningún momento ese proceso de rejuvenecimiento del profesorado porque estamos muy preocupados y queremos contratar las plazas que existen, y que a lo largo de 2021 ya estén trabajando. En cualquier caso, hay que recordar que la decisión de destinar tres millones de euros de los presupuestos de 2020 para la contratación del personal a otras cuestiones no supone que en el año 2021 no vaya a haber dinero. Nuestra capacidad de gasto este año será la misma que en años anteriores.

Aún así este es uno de los aspectos que más preocupa a la rectora, quien no cree que con esta convocatoria de plazas se solucione el problema de la falta de profesorado.

Es un problema cíclico porque cada año hay jubilaciones. Tenemos un personal docente y de Administración y Servicios, que tiene una media de edad avanzada. Tenemos un plan de rejuvenecimiento y es un caballo de batalla importante porque somos una universidad que quiere dar clase, quiere investigar y está claro que necesitamos que haya un cambio cíclico y que cada vez que haya jubilaciones se ocupen las plazas.

La rectora siempre habla además de un problema importante de infraestructura. ¿Esta situación y las nuevas prioridades seguirán prolongando esas intervenciones?

Está claro que el momento no es el más idóneo para abordar este tema. Aún así, seguiremos luchando para conseguir financiación europea, y de cualquier otra administración, que nos permita alcanzar esos objetivos porque está claro que necesitamos una nueva Facultad de Educación y otra de Ciencias de la Salud y, a pesar de la situación económica, seguiremos con nuestros proyectos.

¿Cómo se está desarrollando el programa de cribado puesto en marcha por la ULL a mitad de octubre?

Estamos muy sorprendidos porque la demanda de la comunidad universitaria ha sido inferior a la esperada. Somos unas 23.000 personas en la comunidad universitaria y hasta la fecha se han apuntado 3.483 personas. Pero estamos encantados de que el grado de incidencia sea mínimo. Hemos hecho 4.732 PCR y tan solo dos han resultado positivas. Es un programa interesante que queremos seguir potenciado y, aunque lo habíamos proyectado para 20 semanas a contar desde el 20 de octubre, estamos trabajando para alargarlo hasta final de curso.