El Consejo de Gobierno de la Universidad de La Laguna dio ayer su visto bueno a la contratación de 83 jóvenes docentes. En concreto, se trata de 17 plazas para docentes asociados y 66 de ayudantes de doctor. Esta oferta cubre el 80% de las áreas de conocimiento con necesidades de más profesores. A ello se suma las 70 plazas para sustituciones en este último año, de modo que se suplan contingencias de todo tipo. La vicerrectora de Personal Docente e Investigador, Rocío Peña, aseguró que entre las plazas de promoción interna, las de sustitución y las de nueva creación, en la Universidad de La Laguna se han ofertado un total de 280 plazas este año. Añadió además que en cuanto se libere la oferta pública de empleo de 2019, el centro académico volverá a convocar nuevas plazas para renovar la plantilla, con un alto grado de envejecimiento.

La vicerrectora indicó que esta convocatoria se ha realizado con la conformidad de los departamentos y se ha utilizado una herramienta que permite ver los datos sobre encargo y capacidad del profesorado de todas las áreas de conocimiento, de tal modo que todos los agentes relacionados con la toma de decisiones en este ámbito cuenten con la misma información. Peña precisó que se trata de "un ejercicio de trasparencia institucional", que prioriza las necesidades "de acuerdo a unos baremos objetivos, centrados en la necesidad docente estructural ajustada de un área de conocimiento, el envejecimiento de la plantilla de esa área y el posible riesgo de desaparición del área por falta de profesorado". Rocío Peña concluyó que se trata de una "gran noticia, dadas las especiales circunstancias en las que nos encontramos, con una situación de crisis en todos los ámbitos".

La vicerrectora de Estudiante y Empleabilidad, Lastenia Hernández, presentó asimismo al Consejo de Gobierno un reglamento de atención a la diversidad de género y para el acompañamiento a estudiantes trans. El propósito de esta iniciativa es desarrollar el procedimiento y las medidas administrativas necesarias para el cambio de nombre de uso legal por otro conforme a la identidad de género expresada por el individuo, es decir, el nombre de uso común, dentro del ámbito interno del centro académico y sin condicionarlo a ningún justificante de tratamiento médico o a la aportación de diagnóstico médico o psicológico.

Este cambio no alteraría la titularidad jurídica de los derechos y obligaciones que correspondan a la persona interesada, reconoce el mismo texto, que añade que estos estudiantes tienen derecho a ser tratados y llamados de acuerdo con el nombre con el que se identifican en los distintos ámbitos de la Universidad de La Laguna, institución que deberá ahora plasmar el reglamento en un protocolo de actuación. La idea, explicó la vicerrectora, es que la institución docente sea "un espacio de respeto y tolerancia, libre de agresiones y de cualquier tipo de discriminación por motivo de diversidad de género". El texto añade que la solicitud de cambio de nombre de uso común se presentará en cualquier momento del curso académico por la persona interesada o, en su caso, por sus representantes legales.