El director del 1-1-2 en el Archipiélago apunta que la llegada del Covid-19 "sí ha cambiado el funcionamiento del trabajo en el centro y hemos tenido que ir muy por delante de las restricciones de las autoridades a la ciudadanía". "No nos podemos permitir el lujo de fallar a la sociedad, pues somos un servicio crítico y esencial para la población", apunta Sánchez.

Esa idea supone que el personal que trabaja en el Centro Coordinador debe tener un nivel mayor de responsabilidad, tanto en el puesto de trabajo como en su vida privada, para evitar contagios. Para Arrocha, hasta ahora ha habido algún susto, pero todavía no se ha producido un positivo y "eso es digno de elogiar; no hay palabras para agradecer que los trabajadores no formen parte de la población de riesgo". A pesar de que las autoridades han habilitado la línea 900 para las consultas sobre si se tienen sospechas de tener síntomas del coronavirus, reconoce Sánchez que también se reciben muchas llamadas en el 1-1-2 de ciudadanos que tienen dudas en ese ámbito. Tanto cuando se presume que se trata de un positivo como en el momento en que se confirma el contagio, se activa a profesionales especializados de las ambulancias del SUC para aplicar el protocolo establecido y hacer los traslados necesarios.