Más de 1.500 residentes de medicina, enfermería y biología, entre otros, de los hospitales y centros de salud de Canarias amenazan con ponerse en huelga en dos semanas, a partir del próximo 15 de septiembre, si el consejero de Sanidad, Blas Trujillo, sigue dando la espalda a sus reivindicaciones. Los especialistas en formación solicitan mejoras laborales que, entre otras cosas, eviten la fuga de cerebros que anualmente se produce en las Islas. Según el colectivo, los sueldos más bajos y la menor retribución que perciben durante los cuatro años de residencia -con respecto a sus homólogos en otras partes del país- están lastrando la capacidad del Servicio Canario de la Salud (SCS) para retener a los especialistas. Un problema que, aunque Canarias lleva arrastrando décadas, se ha visto agravado durante esta pandemia.

La presión asistencial en los hospitales durante la primera ola -especialmente en Tenerife- fue una advertencia más de la clara escasez de especialistas que los médicos ya habían venido advirtiendo, aunque con menor fuerza, mucho antes. Ejemplo de ello son los pediatras, que llevan al menos un lustro alertando de la necesidad de crear más puestos de formación de especialistas y mejorar las condiciones laborales para que los jóvenes no decidan abandonar el Archipiélago una vez culminen su formación. Las mejoras que solicitan van desde un incremento salarial para que sus complementos se asemejen a las que se perciben en la Península hasta la posibilidad de adquirir más camas en el área de descanso de los centros hospitalarios para no tener que compartirlas.

Su pugna por mejores condiciones laborales, la de Lucha MIR Canarias como se han autodenominado, empezó a finales de julio. En aquel momento, en el que los datos de incidencia de Covid-19 mostraban un escenario mucho más favorecedor que el actual, pidieron al consejero de Sanidad, Blas Trujillo, mantener una reunión para explicarles su situación y tratar de llegar a consensos con él. Lo hicieron siguiendo la estela de otras regiones de España, sin embargo y por el momento, los residentes han tenido mucha mejor suerte en otras comunidades. Como explicó Santiago Bestard, médico residente del Hospital Universitario de Canarias (HUC) y portavoz del colectivo, "otros compañeros han llegado a acuerdos ya en sus comunidades".

Es el caso, por ejemplo de Castilla y León, Murcia y Madrid que han llegado a acuerdos con sus consejerías de Sanidad, aunque con diferencias entre ellas. "Murcia anunció huelga y antes de hacerla alcanzaron un acuerdo, en Madrid se pusieron en huelga antes de hacerlo", afirmó Bestard. En Canarias, el colectivo solicitó la reunión con Blas Trujillo dándole de plazo un mes. Como no ha habido ninguna respuesta por parte del máximo responsable de Sanidad, ni para sacar un hueco en su agenda y atenderles durante "20 minutos" en un mes y medio, el colectivo mantiene su promesa de acudir a huelga en tan solo dos semanas. Una reducción de la actividad que, además, se complementará con "movilizaciones todas las semanas, siempre que sea posible". "Dependerá del avance de la pandemia, porque ahora con las restricciones en Gran Canaria no se pueden realizar eventos de más de 10 personas", afirmó Bestard que explicó que, en principio, tratarán de liderar los esfuerzos en materia de visibilización de estas reivindicaciones. Las demandas se centran en cuatro aspectos: incrementar y mejorar la formación, igualar los complementos retributivos a los de la Península, ajustar los tiempos de libranza tras las guardias de 24 horas y mejorar ciertas condiciones del espacio trabajo, como el espacio para descansar. "Compartimos camas durante las guardias, así que nos vamos turnando, la mitad de la noche duerme uno y después el otro", narró el portavoz del colectivo. Respecto al salario, en Canarias se puede cobrar hasta 700 euros menos que lo que lo hacen los residentes en el resto de España puesto que las horas de guardia en días festivos y los domingos se cobran a un precio menor que en otras comunidades.

Con el impacto de la Covid-19, la situación ha ido a peor, razón por la cual este colectivo se ha puesto en pie de guerra de inmediato. Desde el estado de alarma -que finalizó el pasado 21 junio-, la plantilla de residentes en los centros de salud y hospitales de Canarias ha disminuido un 25% debido a que las nuevas incorporaciones al retraso en la incorporación de la próxima generación de sanitarios en práctica. Debido a la pandemia, los nuevos residentes no se incorporaran en sus puestos hasta mediados de septiembre cuando previamente lo hacían en mayo. Esta merma de personal ha recaído directamente en los especialistas en formación que continúan trabajando. "Si antes hacíamos 5 guardias al mes, ahora hacemos entre 7 y 9", explica el médico que insiste finalmente en que "cualquier mejora para nosotros se va a traducir en una mejora para la población". Y es que, como advierte la capacidad de realizar funciones del día a día, como intubar a un paciente, "no es la misma después de estar 36 horas seguidas trabajando".