Alexander Moreno Saludes tiene 31 años y es autista. Sufre una discapacidad del 78%. Además, nació con una malformación congénita, atresia en las vías biliares ciegas. Con dos meses y medio de vida le operaron por primera vez por esa dolencia. En junio de 2012 recibió un trasplante de hígado. Es un dependiente de nivel 3 y grado 2, y desde marzo de 2016 vive en una residencia en Poblenou, en Barcelona. Un centro de la Fundació Pere Mitjans. Moreno tiene, también, un padre sumamente combativo en la relación con los poderes públicos. Antonio Moreno lleva años batallando por los derechos de su hijo, los de su esposa y los suyos propios. Para ello creó la entidad Papás de Álex. Su mujer sufre fatiga crónica y fibromialgia, lo que es un motivo de peso para que el hijo viva en la residencia, de la que sale de 10.00 a 17.00 para acudir a un centro ocupacional. Allí le pilló el cambio de vida inesperado que asaltó al mundo entero cuando empezó el confinamiento.

El pasado 12 de marzo, cuando faltaban unas horas para que todos aprendiésemos a vivir encerrados, la directora de la residencia avisó a los progenitores, por teléfono y por correo electrónico, para que fueran a buscar a Álex. La amenaza del coronavirus estaba a punto de cambiar drásticamente el día a día de la gente. Les instó a llevarse su hijo a casa por las medidas de seguridad para evitar contagios.

La responsable del centro precisó en el correo electrónico del mismo 12 de marzo que existía un riesgo de que se produjera algún positivo de covid-19 en él. Cabe subrayar que la precaución parece justificada, no solo por el contexto del momento, sino por la condición de inmunodeprimido del joven, como transplantado. Ese día, los padres de Álex recogieron a su hijo en el centro ocupacional. Y hasta ahora, Álex no ha vuelto a su domicilio habitual, la residencia. Los padres de Álex consideran que hace tiempo que llegó la hora del retorno.

Derechos del afectado

"El confinamiento con Álex ha sido muy duro porque la familia no tiene los recursos adecuados para atenderle, por sus tratamientos. Además, resulta doloroso para la madre, porque ella quiere hacer más y no puede. Lo bueno es que Álex ha estado aislado del peligro", explica el padre. Que añade: "El posconfinamiento ha sido todavía más duro, porque no esperábamos la reacción del equipo directivo de la residencia. Por hacerles el favor de llevarnos a Álex nos encontramos la manipulación de la directora técnica. Hemos tenido que pelear con la entidad, un sobreesfuerzo que ha dejado muy tocada a la familia. La administración tiene que tomar medidas para que esto no se repita".

Moreno se refiere a lo que define como trabas presentadas por la directora técnica al retorno de Álex. "No han tenido ninguna voluntad de arreglar las cosas con los padres". Según él, el centro llegó a traspasar barreras relevantes para intentar que el joven no volviera.

El 8 de junio, Moreno padre solicitó el reingreso de Álex en la residencia a la vista de que legalmente ya era posible. La respuesta de la directora técnica le llegó el día 12. Una negativa. Una posición que se fundamenta en el criterio de la doctora asistencial de Álex. Dice Antonio Moreno que no tenía ningún sentido, porque la doctora no se posicionó a favor ni en contra de una posibilidad.

Un alto cargo

Lo más grave, denuncia Moreno, vino después de que la entidad consultara a la Consejería de Salud sobre el caso de Álex y recibió una réplica en la que un alto cargo del departamento indicó, en resumen, que todas las precauciones eran necesarias, que la situación es compleja, pero que el reingreso era posible. Un reingreso, recalca, avalado asimismo por el Servicio de epidemiología de la Generalitat.

Según el padre de Álex, la directora técnica solo le hizo llegar la primera parte de esa respuesta, la que cita los contras. Los pros, el hecho de que el especialista avale el retorno de Álex, los conoce porque le pidió el mensaje entero por burofax, y este se lo entregó. Esta parte es la que más ha indignado a la familia, que solicita un proceso sancionador contra la entidad. La mujer, subraya Antonio Moreno, les dijo que lo mejor era esperar a que hubiera un control total de la pandemia, por ejemplo cuando se hubiera logrado una vacuna, y que hasta entonces mejor no plantear el regreso.

El desenlace: el departamento de Trabajo y Asuntos Sociales determinó que el joven debe retornar a la residencia a principios de septiembre, previa prueba PCR, y habiendo pasado una cuarentena de 10 días en el domicilio paterno. La Consejería confirma esta versión, que se ha tratado de contrastar, sin éxito, con la dirección de la residencia. "Espero que mi hijo no sufra represalias", concluye el padre de Álex.