Las nuevas medidas de seguridad sanitaria impuestas por el Ministerio de Sanidad y el Gobierno de Canarias han causado incertidumbre entre los canarios que, después de que se cancelara el viernes un concierto a la mitad en La Palma, han visto peligrar la posibilidad de acudir a otros eventos al aire libre de este tipo durante lo que queda de verano. Eventos como el Festival Jazz & Más o el Phe Festival han sido algunas de las citas más esperadas de agosto. Pese a la nueva normativa regulatoria para mantener la Covid-19 a raya, nada impide que los eventos de esta naturaleza se puedan seguir llevando a cabo. Eso sí, lo deberán hacer siempre bajo un estricto control sanitario que ya se estaba aplicando anteriormente, deberán contar con el visto bueno del Gobierno autonómico y se nutrirán de la colaboración de las fuerzas de seguridad para garantizar el cumplimiento de las normas.

Las dudas comenzaron el viernes, cuando la Guardia Civil decidió actuar en medio de una actuación musical que se estaba llevando a cabo en Los Llanos de Aridane, en La Palma del XXIX Festival Internacional Canarias Jazz & Más. El concierto fue cancelado tras tan solo 30 minutos de actuación de uno de los grupos invitados, lo que provocó que las personas que se encontraban tanto dentro como fuera tuvieran que volver a casa. Las dudas se acrecentaron cuando otros conciertos celebrados en las Islas a la misma hora no fueron suspendidos. La aclaración llegó por parte de los organizadores del concierto de La Palma: la suspensión no se debió a incumplimientos de los organizadores o a que las nuevas normas veten los recitales al aire libre -se pueden celebrar-, sino a concentraciones de personas en los alrededores del recinto que obligó a actuar a los cuerpos de seguridad.

El caso de La Palma

La cita, para la que se había previsto una ocupación de 140 sillas en la plaza de España aridanense, acogía al Yul Ballesteros Canarias Quintet y a Michael League & Friends. Todo estaba listo y los asistentes estaban actuando de manera correcta. Sin embargo, sin previo aviso, entre la primera y segunda actuación, mientras la empresa de sonido higienizaba el escenario, los agentes solicitaron que se parara el espectáculo y se disolviera el público. Para la celebración del concierto, organizado por el Gobierno de Canarias a través de su programa Canarias Cultura en Red y en colaboración del propio Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, se estableció un perímetro vallado, se controló el acceso y se garantizó el distanciamiento social con la colocación de sillas a la distancia recomendada.

La noticia causó estupor entre los asistentes, dado que otros conciertos celebrados en otras Islas, algunos pertenecientes al mismo evento y que se realizaron al mismo tiempo, siguieron adelante. De hecho, el Jazz & Más culminó ayer -después de 15 días celebrándose por todas las Islas- sin ninguna otra contingencia. Anoche, el Puerto de la Cruz, en Tenerife, acogió a dos bandas locales Alexis Alonso Quartet y ST Fusion, mientras que la Plaza de Santa Ana, en Gran Canaria, puso el broche final a la fiesta con la Local Jazz Band, Antonio Lizana Quintet y Steffen Morrison.

De ahí que el coordinador del festival, Mario Alonso, se desmarque de la responsabilidad de la cancelación del concierto del viernes. Según Alonso, la decisión de la Guardia Civil no tiene que ver con una contingencia debido a una mala planificación por parte de la organización, ya que han contado durante todo este tiempo con los permisos en orden y hasta protocolos de actuación específicos para la Covid-19. La actuación policial, según Alonso, estuvo motivada por el incumplimiento de las normas sanitarias de convivencia por parte de las personas que se encontraban en el exterior del recinto donde se estaba llevando a cabo el concierto. Por tanto, lo que provocó la suspensión de los actos lúdicos multitudinarios no fue precisamente lo que sucedía en su interior, donde todos los asistentes llevaban mascarilla, estaban sentados y guardaban la distancia de seguridad de más de 1 metro y medio. Varios grupos de personas se apelotonaron por fuera del recinto. Se dividían en dos grupos: aquellos que querían escuchar el concierto sin pagar entrada y los que se habían reunido en la terraza de un bar cercano para disfrutar del partido de la Champions League que se disputaban el Barcelona y el Bayern de Munich.

El próximo fin de semana, el 21 y 22 de agosto, está prevista la celebración de una nueva edición de Phe Festival en Puerto de La Cruz, en Tenerife. No habrá ningún problema para su desarrollo si cumple con los protocolos. Los promotores del festival fueron ayer contundentes: "Phe Festival cuenta con un plan de seguridad, autoprotección y anticontagio presentado a los medios y que sigue todas las medidas decretadas por los gobiernos regional y estatal". De ahí que las previsiones se mantengan tal y como han estado estos días.

Phe Festival

Como novedad, en estos últimos días se ha reforzado la seguridad del evento asegurando un mayor control de los asistentes. Así, además de fijar el aforo en unas 1.000 personas (300 menos que las contempladas inicialmente), la organización tomará la temperatura a los espectadores tanto en la entrada como en la salida del recinto y no permitirá el pago en metálico, sino con unas pulseras cashles que se les entregará a la entrada. Estas pulseras permitirán controlar estrictamente el aforo y reforzará la monitorización continua que establecerá un marcador instalado en la puerta del recinto.