El joven Ricardo Ortega, de 25 años, fue considerado anoche culpable de los asesinatos de sus padres y su abuelo adoptivos en marzo del 2018 en la vivienda familiar de Llanos de Guaza, en Arona. Así lo determinó el Tribunal de Jurado en el veredicto leído pasadas las 22:15 horas, donde estima que la madre, Carmen Nola Martín, sufrió una muerte con alevosía (sin posibilidad de defenderse) y ensañamiento (al sufrir un dolor innecesario). En el caso de las otras víctimas, Antonio Ortega y Luciano Martín, de 87 años, el Tribunal Popular cree que sufrieron asesinatos con alevosía.

Sin embargo, respecto al octogenario, los integrantes del Jurado no creen que fuera una persona especialmente vulnerable a los efectos de la imposición de la pena de prisión permanente revisable, en base a que no acudía con mucha frecuencia a la consulta de su médico ni estaba impedido para realizar las tareas básicas diarias. En el procesado concurre la agravante de parentesco y se descarta la eximente de trastorno mental transitorio, según los integrantes del Tribunal.

Ante esas conclusiones, la fiscal, María Isabel Silva, solicitó como pena inicial la prisión permanente revisable y, como alternativa a esta, 25 años de prisión por el ataque a la madre, otros 25 por la muerte del abuelo y 22,6 por el asesinato del padre; es decir, 72,6 años de cárcel en total.

El abogado de la acusación particular, Rubén González, planteó tres opciones de pena al magistrado Fernando Paredes. La primera es la prisión permanente revisable; la segunda consiste en prisión permanente revisable por el caso del abuelo por su avanzada edad, 25 años de cárcel por Carmen Nola y otros 22,6 por Antonio Ortega, así como una tercera posibilidad, que reclama 25 años de privación de libertad por el episodio de la madre, otros tantos por el del abuelo y 22,6 por Antonio.

El letrado de la defensa, Tanausú Martín Hormiga, se opone a la prisión permanente revisable, en la medida en que ya las penas por asesinato, entre 22,6 y 25 años, son suficientemente elevadas, así como porque ayudó a la investigación con su confesión desde las primeras horas.

En la sala dejó claro al magistrado presidente que, en cualquier caso, tiene previsto presentar recurso contra la sentencia que se dicte.

Según este letrado, los miembros del Jurado no tuvieron en cuenta el testimonio del técnico sanitario de la ambulancia que llegó en primer lugar a la vivienda donde ocurrieron los hechos, que aseguró que el joven Ricardo estaba en estado de "shock", con las pupilas dilatadas y la piel muy pálida.

Además, desde su punto de vista, el Tribunal Popular tampoco valoró la contradicción que hubo entre el primer policía local de Arona que llegó a la casa de Llanos de Guaza, quien afirmó que el menor estaba muy nervioso, y los cinco guardias civiles, que expresaron que Ricardo Ortega se mostró muy tranquilo después de matar a sus progenitores y abuelo en la madrugada del 23 de marzo. Los cuatro familiares de las víctimas llegados desde La Palma y que pudieron acceder a la sala anoche se mostraron emocionados y se abrazaron tras conocer el veredicto. Más de una veintena de seres queridos de Carmen Nola, Luciano y Antonio se personaron en la causa como acusación particular.