Un vecino de Güímar fue condenado ayer a dos años de prisión como autor de un delito de corrupción de menores, después de que en diferentes ocasiones divulgara imágenes muy duras de niños de corta edad e, incluso, bebés sufriendo agresiones sexuales de diferentes características. Además, quedó inhabilitado para cualquier profesión u oficio, empleo o cargo público, sea o no remunerado, en el que se tenga un contacto regular y directo con menores por un tiempo de seis años. Ayer estaba previsto que se celebrara el juicio en la Sección II de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, pero las partes llegaron a una conformidad y la vista no llegó a celebrarse.

La representante de la Fiscalía solicitaba en su escrito de calificación cinco años de cárcel por corrupción de menores en base al artículo 189.1 b del Código Penal. El procesado carecía de antecedentes penales hasta ahora y fue detenido por agentes de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Comisaría General de la Policía Nacional y la Brigada de Delitos Informáticos de Santa Cruz de Tenerife. El arresto tuvo lugar el 28 de marzo del 2017 y el asunto fue presentado ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Güímar.

En el año 2016, el implicado mantuvo en la red social Facebook una conversación con un usuario no identificado, siendo consciente del tipo de material audiovisual que allí se compartía. A través de un enlace con origen en la red TOR, se integró en un grupo de la aplicación móvil whatsapp denominado "Post Baby vids" de temática específica y explícitamente pedófila. Después también se integró en otro chat integrado por 97 personas de diferentes nacionalidades, con el que contactó en diferentes momentos entre el 2016 y mayo del 2017, donde también se intercambiaban archivos de dichas características. A través de su móvil y su tableta, el acusado recibió y descargó un total de 294 vídeos y fotos, que después enviaba a otras personas con las que compartía foros de conversación.

En los vídeos se podían ver imágenes explícitas de sexo oral, así como penetraciones anales y vaginales por parte de adultos a menores. Así quedó constatado el 5 y 6 de abril del 2017, cuando compartió tres vídeos en el grupo "Post baby vids". De esa manera, evitó la expulsión de dichos foros y seguía teniendo acceso a nuevo material pedófilo.

En su móvil descargó y reprodujo 27 archivos, como uno en el que se podía ver a menores de cuatro años que eran sometidas a prácticas brutales; otro en el que una menor sufría una penetración anal, así como un tercero en el que una bebé de pocos meses sufría la misma acción. Junto a las imágenes, el acusado aportaba un archivo PDF, una especie de tutorial, sobre cómo abusar sexualmente de niños, según la fiscal del caso.