Los trabajadores de la sanidad canaria llevan desde principios de semana utilizando unas mascarillas defectuosas que el Ministerio de Sanidad repartió por toda España. Esto ha provocado que la Consejería de Sanidad tuviera que retirar 13.000 mascarillas del fabricante chino Garry Galaxy que decían ser FFP2 -las de mejor protección frente al coronavirus- pero que en realidad no cumplían su función. No protegían. De estas, 3.000 se han distribuido, otras 10.000 no.

Lo alertó así el Ministerio de Sanidad a las comunidades tras recibir el análisis de este producto por parte del Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo. En dicho documento, se establece que estas mascarillas -de las que se habían repartido unas 350.000- no cumplen con la norma de protección en relación a la penetración de partículas. Ese tipo de mascarillas, de alta calidad, debe tener un nivel de penetración de "material filtrante" menor al 6%, y en las pruebas realizadas el porcentaje superó el 18%, el 27% y el 29% en las muestras analizadas. Las mascarillas que sí funcionan apenas dejan penetrar el 1% o el 2% de este material.

La Consejería de Sanidad ha retirado todo el material sospechoso de deterioro y ha comenzado a realizar un estudio de trazabilidad de las mismas para corroborar el uso que hayan podido tener. Los trabajadores que hayan podido verse afectados por una menor protección en la realización de su trabajo se les realizará tanto análisis como pruebas de PCR.

Canarias cuenta actualmente con un stock de mascarillas de las que 275.120 son FPP2 y no han tenido ningún problema de baja calidad. Además, se cuenta con 4,4 millones de mascarillas quirúrgicas y 40.000 mascarillas FPP3.