Irene Márquez Corbella es profesora de la Universidad de la Laguna en el área de Álgebra desde 2016. Licenciada en Matemáticas por la ULL y doctora por la Universidad de Valladolid (2013), completó su formación con un máster en Criptografía, redes y protocolos por la Universidad Paris Diderot y estancias postdoctorales en Francia y Holanda. Su investigación está centrada en "criptografía basada en códigos".

Nos podría explicar de manera simple qué es la criptografía basada en códigos y cuál es su utilidad.

La Criptografía es el área de las Matemáticas que se encarga de proteger nuestros secretos. La empleamos cada vez que utilizamos las tarjetas bancarias, una web que comienza por https o cuando descargamos una aplicación en el móvil. Hoy en día, cuando el uso de datos electrónicos resulta imprescindible tanto en nuestro entorno privado como en el institucional, la criptografía es un imperativo. Sin embargo, si se consigue crear ordenadores cuánticos estables, la protección de datos que utilizamos actualmente no será segura. Mi investigación está centrada en criptografía basada en la "Teoría de códigos correctores", una propuesta de algoritmo criptográfico que resiste la potencia de cálculo de los ordenadores cuánticos y que, por tanto, nos permitirá seguir manteniendo a salvo nuestros secretos en el futuro.

Usted fue la primera canaria que obtuvo la prestigiosa beca de La Caixa para desarrollar su máster en París ¿Animaría a otras mujeres a que siguieran este camino?

Por supuesto animaría a todas las alumnas a completar su formación en otras instituciones, a ser posible en el extranjero, con lo que ello significa también de enriquecimiento cultural y lingüístico. Es una oportunidad de vivir y trabajar en una Europa sin fronteras de género ni de conocimiento. Hubo de todo, días buenos y etapas de magua, pero la experiencia fue extraordinariamente positiva.

Como joven investigadora ¿Podría comentarnos cómo ha sido su carrera en este campo y qué aspectos deberían ser mejorados para que más jóvenes se animaran a seguir este camino?

El principal aspecto a mejorar es conseguir que la investigación deje de ser un trabajo precario. Que se valore con hechos la labor que realizamos, con contratos indefinidos y relativamente remunerados. Fuera de España siempre me he sentido valorada, sin embargo aquí parece que tenemos que dar las gracias porque nos permitan dedicarnos a aquello para lo que nos hemos formado. Esta sensación hay que cambiarla, pues sin investigación la sociedad no avanza.

Habiendo participado en actividades divulgativas como "Un fisquito de Matemáticas" o "Pint of Science" ¿Qué importancia le da usted a la divulgación en la sociedad del trabajo que realiza?

Es fundamental que la sociedad entienda la importancia de nuestra labor y la intensidad de nuestra dedicación, y esto no puede conseguirse sin destinar un esfuerzo adicional a la divulgación de la ciencia y de los logros obtenidos. La investigación exige mucha constancia pero también una gran dosis de pasión, y las nuevas generaciones no querrán seguir nuestros pasos si no les mostramos lo interesantes que son los grandes desafíos que la sociedad nos plantea. Si continuamos mostrando al investigador como una persona con una bata blanca alejada de su entorno, no conseguiremos conectar con los jóvenes. Yo siempre jugué con las matemáticas.