Seis de cada cien. La fotografía del callejero de las dos capitales canarias descubre el desequilibrio que persiste a lo largo de la historia en cuanto a la visibilidad de hombres y mujeres. La vergüenza resulta evidente en vías, rotondas, pasajes, plazas, avenidas? Ni siquiera uno de cada 10 lugares en ambas ciudades se rotulan con nombre femenino.

En Santa Cruz de Tenerife significan el 6,16% y en Las Palmas de Gran Canaria un 0,25% más, alcanzando el 6,41. Además, los homenajes a mujeres en forma de vías o cualquier emplazamiento urbano llega, en la mayoría de casos, tras su fallecimiento, una consideración que no se da de esa forma en los hombres.

La muestra analiza 1.200 lugares (calles, plazas, etc.) de cada una de las dos grandes urbes. En Las Palmas de Gran Canaria, las referencias llegan a 77, pero analizado detalladamente hasta 23 de ellas (29%) pertenecen a santas o vírgenes. En Santa Cruz de Tenerife la cifra relacionada con figuras religiosas desciende hasta 14 sobre un total de 74 (18%).

Las mujeres, por tanto, son invisibles en los callejeros de las dos ciudades y un simple paseo por las capitales lo demuestra. La brecha es simplemente sonrojante.

En la capital tinerfeña destacan, entre otras, la calle Castillo, una de sus principales arteria comerciales, Ángel Guimerá, Bravo Murillo, Teobaldo Power, Méndez Núñez, además de las avenidas de Anaga y La Salle. la de Reyes Católicos o la más reciente de Manuel Hermoso, junto a las Ramblas.

La única coincidencia que existe entre las 20 calles más importantes de las dos capitales canarias resulta bastante evidente: ninguna de ellas lleva nombre de mujer.

Las representaciones religiosas son una importante parte del callejero femenino, desde la calle Virgen de Las Angustias, Virgen de Loreto, de Lourdes o Plaza de Santa Ana o Santa Isabel en Las Palmas de Gran Canaria. O la Avenida Nuestra Señora del Carmen o las calles de Santa Bárbara o Santa Clara. De la misma forma, los nombres aborígenes también copan parte del callejero femenino.