El canario José Díaz (Las Palmas de Gran Canaria, 1966) funda la ONG Educanepal en 2003 después de varios años de voluntariado en el país. Comienza en una aldea con treinta niños escolarizados. Hoy su acción solidaria educativa llega a más de 3.000 en una veintena de núcleos rurales. Este avance se debe en parte a los desayunos solidarios, una campaña para la que solicita la ayuda de los canarios en forma de padrinazgo.

Díaz relata: "Niños que iban al colegio sin haber comido nada y luego desaparecían en el recreo para volver a sus casas con la esperanza de que sus padres hubieran regresado ya de los campos de cultivo para poderles preparar algo de comer". Recuerda: "Sin los materiales escolares que repartimos, sin el desayuno o sin las visitas mensuales a cada aldea sería muy difícil conseguir el objetivo: que los niños no deban abandonarlas, y a sus familias, por pobreza o sean engatusados por mafias". Añade que "el objetivo de esta campaña es poder ofrecer este desayuno en todos los centros de Educanepal", y para ello "necesitamos la ayuda de todos los canarios".

Educanepal lleva casi dos décadas de prevención del tráfico y la explotación laboral de niños en Nepal. Su fundador valora: "Ayudar es acción. Así comenzó todo. Vi a unos niños picando piedras y quise llevarlos a la escuela. Conocí a niñas que habían sido vendidas por 30 euros y trabajé para que no se traficara más con ellas"

Para Díaz lo más destacado es "la labor que hacen los voluntarios de la ONG para conseguir los fondos y mantener nuestros proyectos en Nepal. Desde estos desayunos a la escolarización de los más pequeños para evitar el tráfico sexual y laboral, pasando por proyectos de empoderamiento de la mujer y programas sanitarios".

La historia de Rammaya y Sita

El propio José Díaz cuenta en su blog la historia de las hermanas Rammaya y Sita como ejemplo: "Se habían planteado dejar de estudiar porque su madre no podía costearles el material escolar para continuar en 1º de ESO. Los ojos de la madre se cuajan en lágrimas al decirle que lo pagaríamos. Ha sacado adelante a sus hijas sola, trabajando cuando podía de jornalera en campos de cultivo donde le pagan dos euros al día".

Las dos niñas, señala, "también son jornaleras en sus días libres, cuando hay trabajo. Se levantan a las 5 de la mañana, ayudan a su madre y salen de casa a las 8:40 para caminar y llegar al colegio a las 10:00 horas".

Díaz continúa: "Cuando fuimos al colegio me dijeron que no podían comprar nada no comerían hasta llegar a casa sobre las 5:30 de la tarde. Les entregamos el material escolar para los próximos tres meses y luego fuimos a la cantina del colegio donde estudian unos 700 alumnos. Negociamos con el dueño que les diera a las niñas dos empanadillas de verdura cada día y vendríamos a pagarle cuando visitáramos la aldea".

Estas son las situaciones reales y cotidianas que llevan a Educanepal a actuar. Ahora tocan los desayunos solidarios. Y con gofio.