Cruz Roja, en colaboración con el Proyecto Libera -de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes- y el Ministerio de Transición Ecológica, ha finalizado un proyecto para el control y seguimiento de basuras marinas. Las actividades se han llevado a cabo en cinco playas de la provincia tinerfeña: Almáciga, El Médano, Bollullo, Martiánez y San Sebastián de la Gomera.

De los datos registrados se desprende que el componente mayoritario de las basuras muestreadas son los plásticos, en todas sus variantes, con un 57% del total; le siguen las colillas con un 27% y los residuos higiénicos entre un 6 y 7% (bastoncitos, toallitas húmedas y aplicadores de tampón).

La iniciativa comenzó en enero y se han realizado cuatro muestreos estacionales a lo largo del año de la basuraleza, término que define a aquellos residuos generados por el ser humano y abandonados o arrojados en la naturaleza. El propósito ha sido analizar la tipología y cantidad de las basuras marinas con la metodología científica del convenio OSPAR de la Unión Europea, enfocada principalmente en la contabilización minuciosa en transectos de 100 metros lineales, bien definidos mediante coordenadas GPS.

Al contrario de lo que se piensa, la gran mayoría de las basuras marinas son depositadas por las mareas en la costa, y a su vez llegan al mar por la vía de barrancos, ríos, desagües y el viento.

Para el desarrollo de esta actividad, Cruz Roja ha contado con un total de 240 voluntarios del Plan de Medio Ambiente, así como participantes de otros proyectos de Cruz Roja y población en general. Además de la limpieza, la organización humanitaria desarrolló seis acciones de sensibilización ambiental y dos actividades formativas del voluntariado.

El director provincial de Medio Ambiente de Cruz Roja, Juan Carlos Sánchez Núñez, recomienda que "además de no abandonar nuestra basura en las costas y mares, tampoco se tire ningún residuo en el medio natural y urbano. Ni tampoco por los desagües de las viviendas, que puedan llegar al mar a través de los emisarios submarinos y de las aguas de escorrentía".

Sánchez recuerda que entre los grandes retos que plantea la Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible de la ONU está, en concreto, el objetivo número 14: "Conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para minimizar el problema de las basuras marinas y beneficiar la salud ambiental y la de la población humana",