Ni en Hawái ni en La Palma. Si el Consorcio del Telescopio de Treinta Metros (TMT, por sus siglas en inglés) no decide pronto cuál es su plan de futuro para la construcción del aparato astronómico, "existe la posibilidad real de que el proyecto se cancele". Así lo aseveró Rafael Rebolo en declaraciones a este periódico, ratificando a su vez el papel estratégico de La Palma para atajar este grave problema para la astronomía mundial.

"En Hawái se mantiene el bloqueo desde julio", recordó Rebolo, que concluyó que el conflicto entre los nativos de la isla del Pacífico y los miembros del Consorcio está "enquistado y sin vías de solución". "La solución podemos ser nosotros, aquí en Canarias", prosiguió el director del astrofísico, que aún así se mostró cauteloso. Porque al igual que "creo que tenemos una posibilidad real" de que el telescopio pueda finalmente instalarse en el Roque de los Muchachos, también "existe la posibilidad real de que el proyecto sea detenido y cancelado".

Y es que el Consorcio Internacional del TMT, también conocido como The Thirty Meter Telescope International Observatory (TIO), lleva años gastando el presupuesto del telescopio a mansalva en Hawái, siempre con la esperanza de que la población finalmente vea la oportunidad que esta instalación científica significa y ceda los terrenos para su construcción. Pero no ha sido así. De hecho, los planes del TIO cada vez tienen menos apoyo en la isla. De hecho, una reciente encuesta realizada por el periódico Honolulu Star-Advertiser (que además realiza de manera periódica) ha dejado entrever que la oposición al TMT ha crecido en estos últimos meses. Ahora solo la mitad de la población desea la construcción del telescopio, cuando a principios de agosto alcanzaba el 64%.

Ritmo de gasto elevado

"Debemos ser conscientes de que llevan unos ritmos de gasto muy elevados y, por eso, el Consorcio tiene que tener claro el futuro", concretó Rebolo. Solo en el programa de formación para estudiantes de ciencias y tecnología (Think Fund) desde 2014 ha invertido anualmente un millón de euros. De modo que, hasta ahora, el consorcio ha desembolsado 5,5 millones de euros en la fundación Pauahi y en la Hawaii Comunity.

Pero el TIO también cuenta con otros tres programas de formación y mejora de la empleabilidad. Así, desde 2009 ha invertido otro millón de euros anuales para preparar a la población local para ser mano de obra cualificada. Unos proyectos que, por otra parte, no se han activado "todavía", recordó Rebolo. Pero no lo han hecho simplemente porque la participación de Canarias en estas actividades "está sujeta a que tomen la decisión de instalarse en la isla de La Palma".

Mientras se enquista el bloqueo de la sociedad civil en Hawái, el Consorcio sigue mirando de reojo a la Isla Bonita. Así, tras una reunión del equipo, el pasado 16 de octubre, TIO solicitó la licencia de construcción del telescopio en tierras canarias. Algo que se ha tomado como un nuevo acercamiento de la construcción para el Archipiélago, pero de la que, de nuevo, depende la decisión final de sus promotores. Porque, como recordó Rebolo, esta licencia también tendrá condicionantes, "como cualquier otra" y -puntualizó- "económicos también". En todo caso, "mientras no exista licencia, tampoco habrá decisión". El IAC en todo caso sigue apostando por la instalación de grandes telescopios en los observatorios canarios y en esta línea siguen "defendiendo" la instalación del Telescopio Solar Europeo (EST) y los telescopios de la red Cherenkov (CTA), que ya está marcha.

El IAC quiere telescopios más eficientes

En la búsqueda de que los 40 telescopios instalados en Canarias tengan una evolución eficiente evitando la redundancia, ayer el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) dio pistoletazo de salida a su primer congreso para debatir sobre los Futuros instrumentos para telescopios en Canarias. El objetivo del encuentro fue poner en común los planes de los astrofísicos, directores de los telescopios, líderes de grupos de investigación e ingenieros, para "crecer juntos de manera más ordenada", como señaló el director del IAC, Rafael Rebolo.

"Queremos que haya un flujo más transversal a nivel de ingeniería, porque históricamente no ha existido tanto como en la ciencia", afirmó Rebolo. Esta reunión, que pretende realizarse de forma periódica a partir de ahora, es indispensable, como afirmó Héctor Socas, director del Museo de las Ciencias y el Cosmos -que acogió el encuentro-, para "que no se reinvente la rueda". Se debe recordar que detrás de la actividad de cada telescopio hay un consorcio internacional con distintas necesidades, por lo que cada vez es más necesario establecer una colaboración fluida entre todos los actores que participan en la investigación científica.

La planificación debe ser a largo plazo, porque "crear un instrumento en menos de cinco años es prácticamente imposible", como señaló el director del grupo Isaac Newton -ubicado en La Palma-, Marc Balcells. En su caso, como promotor de un telescopio pequeño, reivindicó la importancia de planear el futuro de estos instrumentos para que no se queden obsoletos. "La llegada de los telescopios gigantes (de 40 o más metros de diámetro) no debe significar que los pequeños (de 1 a 4 metros) deban cerrarse; lo que debemos hacer es anticiparnos a la llegada de los demás", afirmó.

Al final todo se basa en una adecuada distribución del conocimiento que permita a los ingenieros de un instituto consultar fácilmente en lo que está trabajando otro grupo en Finlandia, Reino Unido o Italia, y poder orientar al científico en el desarrollo de nuevas tecnologías.