Los psiquiatras forenses del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife han determinado en un informe que, Ricardo Ortega M., el joven de 23 años que presuntamente mató a sus padres adoptivos y a su abuelo materno en la localidad sureña de Guaza (Arona), el 23 de marzo de 2018, "no tenía sus capacidades mentales alteradas" y "era plenamente consciente" de lo que hacía.

El acusado del triple parricidio, a pesar de haber consumido estupefacientes el día en el que cometió el crimen, tenía sus capacidades cognitivas sin alterar. Según adelantó ayer la Cadena SER ayer, los psiquiatras consideran que el presunto homicida "muestra una personalidad extremadamente narcisista".

En este sentido, el informe pericial había sido pedido por la defensa quien asevera que el investigado sufre enajenación mental "fruto del maltrato psicológico y familiar que éste venía recibiendo por parte de sus progenitores durante décadas".

El juzgado titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Arona y juez decano del partido judicial, Nelson Díaz Frías, ordenó tres días más tarde el ingreso en prisión comunicada y sin fianza, de Ricardo Ortega M. como presunto autor de tres delitos de asesinato, después de que confesara haber matado a sus padres adoptivos y a su abuelo.

El joven fue detenido horas después de haber llamado a la Policía Local de Arona para comunicar que había encontrado muertos a sus padres y a su abuelo en la casa familiar, situada en una finca de plataneras en Guaza.

Los agentes de la Guardia Civil se llevaron custodiado al único testigo de los hechos para tomarle declaración. Las pruebas oculares y la incongruencia en su relato hacían pensar a los investigadores que probablemente era el autor de las tres muertes. Fue en ese momento cuando Ricardo Ortega M. se derrumbó y confesó haber matado a sus padres adoptivos y al abuelo materno, por lo que fue detenido en ese instante como presunto autor del triple homicidio.