Llevaba tres años trabajando en la residencia y los supuestos abusos comenzaron casi el primer día. Pero nadie se dió cuenta hasta hace pocas semanas. Eligió como víctima a una persona que tenía que cuidar, que ni podía defenderse ni contar lo que estaba pasando. Una mujer de 59 años con alzheimer. Fue una trabajadora de la residencia la que denunció los hechos y puso a la policía sobre la pista. Tras varias averiguaciones y después de que un médico forense explorara a la mujer, los agentes detuvieron al presunto abusador, un hombre que se encargaba de asear a los pacientes. Tras interrogarle, el juez le ha enviado a la cárcel, sin fianza.