El huracán Lorenzo alcanzó ayer las islas Azores con vientos de casi 145 kilómetros por hora, causando apagones y derribando árboles, aunque, hasta el momento, no se ha reportado ningún herido. Son las islas occidentales las que sufren el paso de Lorenzo con más intensidad, mientras que las islas centrales del archipiélago portugués experimentan condiciones climáticas de tormenta tropical.

La isla de Flores es una de las que más sufren el paso del huracán, donde además de los apagones también se han registrado problemas en la red telefónica. "Esperamos arreglar estos problemas en los próximos días", afirmó el jefe de Protección Civil de las Azores, Carlos Neves, que aseguró que "es posible que Lorenzo sea el huracán más fuerte en 20 años". "Aunque en los últimos días se ha movido ligeramente hacia el oeste, nos ha afectado de manera muy agresiva", agregó Neves.

Las escuelas y otros servicios permanecieron cerrados durante el miércoles en todo el archipiélago, así como algunos puertos y numerosas calles y carreteras.

Según el Centro Nacional de Huracanes estadounidense (NHC, por sus siglas en inglés), el pronóstico de debilitamiento de Lorenzo es lento y se producirá en las próximas 48 horas. Así lo han pronosticado también las autoridades de Protección Civil, que creen que los vientos "no ganarán mucha más intensidad y se debilitarán".