En Tenerife hay una gran cantidad de yacimientos arqueológicos que corren peligro de perderse por la inacción de las instituciones. Algunos ya han sido expoliados y el daño es irreversible. Sin embargo, en muchos casos es posible una rehabilitación para conservar los restos de la cultura indígena de la Isla. El motivo principal de este abandono es el conservadurismo de las administraciones locales a la hora de gestionar dicho patrimonio, mientras que las diferencias de conservación entre unas islas y otras tienen que ver con la inexistencia de una política regional.

Según José Farrujia, doctor en Historia por la Universidad de La Laguna (ULL), el problema del insularismo tiene su origen en 1982, cuando se aprueba el primer Estatuto de Autonomía de Canarias. "Entre las competencias que adquirió la Comunidad estaba la de Patrimonio, que a su vez se concedió a los cabildos. Poco a poco se fue perdiendo la perspectiva regional y hoy en día tenemos siete islas, siete cabildos y siete realidades arqueológicas que se han gestionado de manera distinta. Así se entiende que en islas como Gran Canaria, El Hierro o La Palma cuenten con parques arqueológicos abiertos al público y sin embargo en Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y Tenerife no haya yacimientos visitables".

El caso de Tenerife es especialmente "preocupante", según Farrujia, "al tratarse de una isla capitalina que tiene sede universitaria y cuenta con una importante investigación en materia arqueológica". "Desde el Cabildo se ha impulsado una gestión muy conservadora y, por tanto, la oferta de patrimonio cultural es eminentemente museística. Tenemos un modelo heredado del siglo XIX y tanto los materiales que se exponen como la forma en que se hace no han cambiado. No ha existido una reformulación". Para el profesor de la ULL, la solución pasa por "cambiar el chip y musealizar los yacimientos". "Si quieres acercarte al mundo indígena en Tenerife tienes que ir al Museo Arqueológico. No se han buscado nuevas formas de poner en valor este patrimonio y no podemos seguir apostando única y exclusivamente por una oferta caduca", añade.

Es cierto que existen enclaves como las cuevas del Barranco Agua de Dios (Tegueste) o la Cueva de Bencomo (La Orotava) que ya están en proceso de rehabilitación. Pero aún quedan infinidad de yacimientos que requieren de una rápida intervención antes de que sea demasiado tarde. Ifara, en Granadilla, es un buen ejemplo: sus manifestaciones rupestres y el complejo habitacional están en peligro a causa de la accesibilidad de la zona y la falta de acondicionamiento. Estos son los yacimientos que necesitan una actuación para preservar su riqueza.

Cuevas del Barranco Agua de Dios, Tegueste. Si los trámites siguen su curso, será el primer parque arqueológico de Tenerife. Se trata de dos cuevas de habitación situadas a ambos lados del cauce del barranco, en la parte baja del término municipal. La primera en ser excavada fue la de Los Cabezazos, por uno de los personajes más importantes de la arqueología en Canarias, Luis Diego Cuscoy. Más tarde, en los años 90, fue reexcavada por el Museo Arqueológico de Tenerife. Justo en frente se encuentra la de Higuera Cota, que ha ayudado a conocer el procedimiento que seguían los guanches para limpiar las cuevas. Allí convivían con los animales así que cada cierto tiempo las desinfectaban quemándolas. Las investigaciones arqueológicas han descubierto que algunos de los pisos de ocupación que se van superponiendo con el paso del tiempo estaban quemados. Esto también permitió conocer los tipos de cereales que consumían, ya que se tostaban y se conservaban con el paso de los años.

Ifara, Granadilla. Este yacimiento se encuentra en mal estado de conservación, entre otras cosas, por la facilidad acceso. Sus manifestaciones rupestres están compuestas por grabados comunes en Tenerife como los motivos lineales, algunos de difícil interpretación. También hay un panel con motivos muy característicos de ese yacimiento llamados palmiformes, porque tienen forma de hojas de palma. A escasos metros hay un conjunto de cabañas construidas en piedra de las que solo quedan las primeras hileras del muro. El resto ha sido arrasado o utilizado para elaborar los bancales de las terrazas de cultivo. Las cabañas estaban construidas sin ningún tipo de argamasa y se cree que el techo era de entramado vegetal. Existe la certeza de que pertenecieron a los indígenas por los materiales encontrados dentro, pero hasta hace 20 o 30 años fueron utilizadas con fines agrícolas. La parte rupestre del yacimiento acabará por desaparecer si la Administración no interviene, de hecho, ya hay paneles dañados e incluso con intentos de expolio.

Pico Yeje, Masca, Buenavista del Norte. Este conjunto ceremonial se encuentra en la parte alta del barranco de Masca y se trata del sector más abrupto y de mayor antigüedad del macizo de Teno. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 2006 y está integrado por una serie de grabados, una cueva de enterramiento y fondos de cabañas donde se encontraron distintos materiales como cerámica o útiles de piedra. Se trata de un yacimiento singular al combinar manifestaciones rupestres, hábitat, mundo funerario y encontrarse en una zona de importante valor paisajístico. El problema es que está cerca de un camino rural con gran afluencia de gente. De hecho, muchas veces pasan directamente por encima del yacimiento ya que no hay ningún tipo de señalización.

Cueva de Bencomo, La Orotava

Esta cueva de habitación perteneció a Bencomo, Mencey del Reino de Taoro y se encuentra en la ladera de Tamaide, entre La Orotava y Santa Úrsula. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1986 y siempre ha existido una disputa entre ambos municipios por la titularidad del enclave. En la Página del Gobierno de Canarias sigue apareciendo como parte de Santa Úrsula, aunque un estudio reciente realizado por Grafcan asegura que pertenece a La Villa. En 2018, tras las labores de limpieza y excavación, se hicieron hallazgos importantes; entre ellos dos punzones, fragmentos de cerámica, piezas de decoración en las paredes y herramientas de obsidiana, entre otros. Actualmente existe un proyecto destinado a rehabilitar el lugar, pero se encuentra estancado debido a problemas burocráticos relacionados con la propiedad de la parcela y la concesión del Mirador de Humboldt, que es donde se va a instalar el centro de interpretación. José Farrujia cree que esta es la línea que hay que seguir pero advierte de que la importancia de los yacimientos reside en la información que ofrecen del pasado, y no en el hecho de que pertenecieran a las élites.

Aripe, Guía de Isora. La zona arqueológica de Aripe fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985 y expoliada hace algo más de 10 años. Tenían un valor especial porque aparecían representados antropomorfos, es decir, figuras humanas; algo poco común en Tenerife. Se cree que hacían referencia a los guerreros bereberes porque aparecían con un tocado de plumas en la cabeza, un peto, un faldellín y portando lanzas. Este yacimiento también está muy próximo a un camino rural por el que transitan mucha gente.

El proyecto de la Cueva de Bencomo, estancado por la burocracia

La cueva del mencey Bencomo, en La Orotava, es uno de los pocos valores arqueológicos de Tenerife que se están intentando recuperar sobre el terreno. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1986, pero se encontraba en estado de abandono hasta el año pasado, cuando las instituciones decidieron rehabilitarla y montar un centro de interpretación. El primer paso fue limpiar las capas de estiércol que se habían acumulado, pues la zona estaba siendo utilizada para el pastoreo. Sin embargo, el Ayuntamiento orotavense se ha encontrado con dos escollos muy importantes a la hora de continuar con los trámites. El primero es determinar la titularidad del terreno, algo muy complicado ya que son varias familias las que reclaman la herencia. Se han producido varias reuniones entre los supuestos propietarios y el alcalde, y ambos han mostrado voluntad de llegar a un acuerdo. En cualquier caso habrá que esperar a que los técnicos municipales hagan una valoración del terreno para tener una cifra oficial con la que negociar la compra. Un dato con el que esperan contar antes de que finalice el año.

El segundo problema está relacionado con la empresa que tiene la concesión del Mirador de Humboldt, muy cercano a la cueva y donde se pretende establecer el centro de interpretación. Actualmente se encuentra cerrado y sin ningún tipo de actividad, por lo que el ayuntamiento ha solicitado el desalojo por vía judicial. Se espera que este proceso se demore un máximo de tres meses. Lo primero será realizar una limpieza integral de las instalaciones, valorar los desperfectos y volver a abrir el mirador al público. Posteriormente se estudiará una nueva licitación para la cafetería y la instalación del centro de interpretación en la sala de exposiciones situada en la parte baja del mirador. Desde el Concistorio resaltan que el compromiso de crear un museo en el Mirador de Humboldt lo habían adquirido con la anterior Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. Todavía no han tenido tiempo de reunirse con el nuevo gobierno, pero confían en que se mantengan los acuerdos. El Ayuntamiento de La Orotava achaca el abandono de la cueva durante tantos años a la imposibilidad de determinar en qué municipio se encontraba. Recientemente un estudio de Grafcan ha asegurado que pertenece a la Villa.