Con la llegada del verano y de las vacaciones, playas y piscinas se convierten en los lugares más visitados por la población.

El exceso de tiempo de exposición al sol, junto a la ausencia de las medidas protectoras adecuadas, hace que este hábito se convierta en un potencial enemigo, cuyas consecuencias pueden poner en peligro la salud.

Y es que la radiación ultravioleta que emite el sol provoca diferentes tipos de lesiones, que van desde las manchas hasta las quemaduras, la aparición de arrugas precoces y las lesiones cancerígenas, como señala la dermatóloga de Hospital Parque Nuria Pérez Robayna.

En este sentido, Pérez Robayna urge a desterrar esa asociación del bronceado con un aspecto saludable que tiene la población. Y es que, como remarca la dermatóloga, este mecanismo no es más que la respuesta de la piel a su protección natural mediante la producción de melanina.

Asimismo, Pérez Robayna insiste en que las quemaduras constituyen el principal factor de riesgo del cáncer de piel, en especial si se producen durante la infancia y la adolescencia. En estos casos, su presencia puede ir asociada a una posterior mutación del ADN de las células afectadas que puede desembocar en la aparición de un cáncer de piel.

Por ello, recomienda que se extremen las medidas de protección en dichas edades, evitando la exposición solar de los niños menores de seis meses e incrementado las medidas de fotoprotección en el resto de los casos, tanto químicas como físicas, adecuándolas a cada tipo de piel.

La continua exposición al sol está derivando en una aumento del cáncer de piel a nivel nacional y, en especial, en Canarias, como consecuencia de su situación geográfica, el elevado número de horas de sol que registra y el alto índice de radiación ultravioleta. De hecho, las estadísticas más recientes confirman que en los últimos 25 años se ha duplicado el número de casos de cáncer de piel en el Archipiélago, con alrededor de 3.000 afectados al año.

Tipos de cáncer

El 90% de las manifestaciones del cáncer de piel responde al carcinoma basocelular, la queratosis actínica y el carcinoma epidermoide, que se detectan a través de unas lesiones en la piel de aspecto escamoso, en forma de una pequeña costra o una úlcera que no cicatriza y que incluso a veces sangra. En las fases tempranas, el tratamiento se aplica a través de cremas que se aplican localmente o con la aplicación de nitrógeno líquido mediante la técnica de crioterapia. En estadíos más avanzados la solución pasa por la cirugía.

El melanoma, considerado uno de los tumores cancerígenos más agresivos, representa el 10% de los casos de cáncer de piel.

El 60% de los episodios se produce en mujeres y la edad media de aparición se sitúa en los 55 años. La detección se produce a través de la aparición de lunares, de cambios en tamaño o aspecto de los existentes, así como a través de lesiones nuevas en forma de manchas muy oscuras o negras en la piel.

Bajo control

Para evitar estas consecuencias es necesario "que la población tome conciencia de la importancia de la fotoprotección", como insiste la dermatóloga. Para ello, concluye que cualquier crema solar que se utilice debe tener al menos un factor 50. Asimismo, su aplicación no debe ceñirse a las exposiciones prolongadas al sol, sino que debe hacerse extensiva a la protección diaria de las partes del cuerpo que estén expuestas en la actividad ordinaria.

Por otro lado, se debe evitar tomar el sol entre las 12:00 y las 16:00 horas, cuando existe una mayor incidencia de los rayos ultravioleta. En el caso de quemaduras, apunta que debe incrementarse la hidratación oral, así como en cremas y evitar seguir tomando el sol.