Picatostes, una cocina reconocible de la mano de Juan Carlos Dorta
Este coqueto establecimiento se ubica en el número 59 de la santacrucera calle de San Francisco Javier, en pleno barrio de El Toscal
De la cocina de Picatostes, establecimiento ubicado en el número 59 de la santacrucera calle de San Francisco Javier, en el barrio de El Toscal, se puede decir que es reconocible, algo que en los tiempos que corren supone un valor.
Si, además de eso, quien regenta los fogones es Juan Carlos Dorta a esa primera condición hay que sumar experiencia y buen hacer.
Los productos de mercado forman parte de una propuesta que incorpora sugerencias fuera de carta. Destacan bocados de la mar como zamburiñas, gamba roja o coquinas, así como el churrasco de cherne, cabrito, paletilla de cordero lechal o el churrasco de ternera de vaca de Navarra.
Después de tres años y medio desde su apertura, Picatostes ha conseguido transmitir un sabor personal, rasgo que tiene mucho que ver con el jeito particular que le imprime su propietario, que prestó servicio nada menos que 28 años en el hotel Mencey.
Recuerda cuando le dio de comer a Juan Carlos I, quien se decantó por unas judías con chorizo, y tanto le gustaron que le comentó al camarero: "Dile a mi tocayo que me ponga más". También Felipe, siendo príncipe, y Letizia se sentaron a su mesa para degustar potaje de berros; conejo en salmorejo con papas negras y plátano.
Se ha enriquecido con estancias en Kyoto, San Francisco (California) y Bakú (Azerbaiyán) y con la máxima de que "el cliente siempre me ayuda a mejorar".
(Abierto de martes a sábado, de 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 23:00 horas, y domingos de 13:00 a 16:00 horas; teléfono: 616 40 32 22).
Temas
Más en Sociedad
-
Las lluvias continuan siendo protagonistas en la jornada del domingo en Canarias
-
Una teoría sugiere que los romanos colonizaron Canarias para convertirla en una 'fábrica' de tintes púrpuras
-
Así nació una de las tradiciones más arraigadas a Canarias: un profesor estricto y un director que incitó a sus alumnos a la Fuga de San Diego
-
Amigos imaginarios: lo que dice la psicología