El presidente de EEUU, Donald Trump, se comprometió ayer a iniciar una "nueva era de exploración" y a restablecer el dominio y liderazgo de su país en el espacio, en una declaración con motivo del 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna.

"Para honrar a aquellos que nos han precedido y para el mejoramiento futuro de toda la humanidad, nos comprometemos a iniciar una nueva era de exploración, extendiendo nuestro espíritu pionero a los confines más lejanos del cosmos", señaló Trump en un mensaje a propósito del Día de la Exploración Espacial difundido por la Casa Blanca.

Trump manifestó que su gobierno ha "dado instrucciones a la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) para que envíe al próximo hombre y la primera mujer a la Luna y dé el siguiente salto gigante: enviar estadounidenses a Marte".

"La exploración sostenida que se extiende desde nuestra Tierra a la Luna hasta la superficie marciana dará paso a una nueva era del ingenio estadounidense", que atraerá a numerosas personas "a los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y la defensa", agregó en su mensaje.

Trump destacó que Estados Unidos ha "liderado la búsqueda de la humanidad hacia la gran incógnita" y consideró que el aterrizaje lunar del Apolo 11 "fue una demostración espectacular de la destreza técnica y el liderazgo espacial" de Estados Unidos, y "sirvió como un ejemplo perdurable de lo que se puede lograr".

"En este Día de la Exploración del Espacio, celebramos nuestros tremendos avances tecnológicos, honramos a aquellos que hemos perdido en la búsqueda del descubrimiento y abrazamos el espíritu estadounidense que ha inspirado a nuestra nación a liderar el mundo en el espacio", resaltó en el mensaje.

En abril de 2017, a los pocos meses de instalarse en la Casa Blanca, Trump ordenó a la NASA acelerar sus planes de exploración espacial, que contemplaban la llegada de humanos a Marte en la década de 2030.

El 20 de julio de 1969, la estación que la NASA instaló en Fresnedilla de la Oliva (Madrid) fue testigo de las "horas decisivas" de la llegada de la primera misión tripulada a la Luna. Entre los siete españoles que formaban parte del equipo, estaba un joven José Manuel Grandela que a sus 23 años vivió muy de cerca este histórico episodio. "Fue una experiencia muy estresante, de muchos nervios, porque había muchas posibilidades de que saliera mal al ser la primera vez que se realizaba una obra de esta envergadura: llegar y aterrizar en la Luna". Así lo recordó antes de participar en una conferencia organizada en la Ciutat de Les Arts i Les Ciències de València para celebrar los 50 años de la llegada del hombre a la Luna. La estación de Fresnedilla de la Oliva formaba parte del resto de estaciones de la NASA que junto con la de Goldstone (California) y la de Honeysuckle Creek en Canberra (Australia), tenían el objetivo de prestar ayuda desde la Tierra a los tres astronautas. Grandela confesó que, incluso, "respirábamos igual que ellos" ya que tenían un control directo con las propias pulsaciones de los astronautas. El pulso de Armstrong al pisar la Luna llegó a alcanzar "unas 158 pulsaciones, una barbaridad", ya que lo normal es estar entre 72 o 75.

Orgullo por el papel relevante de España

Orgullo por el papel relevante de EspañaEl ministro de Ciencia, Innovación y Universidades en funciones, Pedro Duque, destacó "con orgullo el papel relevante" que España tuvo en el primer alunizaje hace 50 años, un hecho que calificó de "hito humano, científico y tecnológico, que todavía inspira". Duque recordó en Twitter que las primeras señales de la llegada del Apolo 11 fueron recibidas por la estación de la NASA en Fresnedillas de la Oliva. También aprovechó para poner en valor los beneficios que las misiones espaciales tienen para la sociedad, ya que, según Duque, cada euro invertido en el espacio se multiplica por cinco o seis. El ministro, que también es presidente del Consejo de la Agencia Espacial Europea, resaltó los planes de la NASA para volver a la Luna en los próximos cinco años y dijo que defenderá el trabajo de Europa y de España en el ámbito espacial "para que no se queden atrás". "España debe participar de forma activa en las misiones que nos esperan en la carrera especial y en el resto de sectores del conocimiento", señaló Duque, argumentando que para conseguirlo España necesita una Gobierno "cuanto antes" y con una visión "estratégica y dialogante con todos y capaz de realizar las reformas y las inversiones necesarias".

Exhiben una luna gigante en un museo de Houston

El 50 aniversario del acontecimiento sirvió al Museo de Ciencias Naturales de Houston para acercar el satélite terrestre aún más, con la exhibición de una luna gigante. Se trata de un enorme globo de siete metros de diámetro, iluminado desde su interior, que refleja en detalle la geografía, o mejor dicho, la selenografía a una escala de 1:500.000, es decir, cada centímetro equivale a cinco kilómetros de la superficie lunar. Obra del artista británico Luke Jerram, famoso por sus obras a gran escala, "Luna" (Moon), adquirida por el museo, presenta la superficie lunar al detalle gracias a las imágenes tomadas por un satélite de la NASA por medio de una proyección de mapeo. La gran esfera lunar ha sido ubicada a tan solo unos metros del suelo lo que, junto con una tenue iluminación en la sala, realza los detalles de alta precisión y minuciosidad de la luna. Es posible observar el sitio de aterrizaje del Apolo XI y la "cara oculta de la Luna", hemisferio que ningún telescopio puede registrar desde la Tierra.

Muestras para ayudar a predecir erupciones

Las muestras de rocas recolectadas por los astronautas en la superficie de la Luna podrían ayudar a predecir las erupciones volcánicas en la Tierra con mayor precisión, según manifestó a Efe el colaborador científico del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) Matthew J. Pankhurst. El equipo científico liderado por el mencionado experto, que también es investigador del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), ha utilizado el Diamond Light Source, el sincrotrón nacional del Reino Unido, para investigar el efecto de la gravedad en los planetas rocosos. Así lo expuso el Instituto Volcanológico de Canarias en redes sociales durante la jornada de ayer. El estudio, en el que también participan investigadores de Estados Unidos y Reino Unido, ha permitido examinar más de tres mil millones de años de rocas de la Luna recolectadas durante las diferentes misiones de Apolo, así como meteoritos de Marte, Vesta y otros entornos recolectados en suelo de la Antártida. El objetivo de la referida investigación consiste en utilizar las distintas muestras para realizar comparaciones entre procesos y escalas de tiempo que forman rocas similares que se recolectan en diferentes condiciones gravitacionales. Para llevar a cabo este singular estudio, la NASA ha prestado 18 muestras lunares que normalmente se guardan bajo llave en el Centro Espacial Johnson en Houston, en el estado de Texas (Estados Unidos). El equipo científico que trabaja para Involcan está liderado por Matt Pankhurst, y en el mismo participan Ryan Zeigler (NASA), Rhian Jones (Universidad de Manchester), Beverley Coldwell (ITER/Involcan), Hongchang Wang, Robert Atwood y Nghia Vo (Diamond Light Source), según la información divulgada durante la jornada de ayer.