Unos 40 niños están disfrutando durante esta semana de la naturaleza, las actividades al aire libre y de la compañía de sus amigos en el Campamento de La Esperanza. Pero, a diferencia de otros niños de su edad, para ellos pasar una semana en estas colonias, organizadas por la Asociación para la Diabetes de Tenerife (ADT), tiene una ventaja: sentir que su diabetes está bien controlada. Al menos 21 monitores con distintos perfiles profesionales se encargan de que eso sea así, aunque, como argumenta Teresa Hernández Expósito, enfermera educadora en diabetes del Hospital Universitario de Canarias (HUC), en realidad "les estamos enseñando a tomar las mejores decisiones en cuanto su enfermedad". Lo hacen aunando el juego con la enseñanza y la experiencia.

Así, en la semana que dura el campamento -este año culminará este domingo día 30-, los menores aprenden conceptos básicos a tener en cuenta, como lo que es una hipoglucemia o qué compuestos contiene cada alimento, se cultivan en el arte de pinchar sus deditos para poder medir su azúcar en sangre o se acostumbran a elegir y pesar su comida antes de consumirla.

"Todas las actividades están pensadas para el nivel de conocimientos con los que cuenta cada menor", afirma Hernández Expósito, que explica que antes de empezar el campamento se realiza una valoración inicial del nivel de cada niño y se pregunta a las familias qué expectativas tienen de las colonias. "Cuando acaba nos reunimos y concretamos qué cosas se pueden cambiar para la próxima edición", insiste la enfermera.

Este año, la formación está orientada al uso de monitores continuos de glucosa, ya que es algo relativamente nuevo. Cierto es que durante la edición anterior los niños pudieron utilizarlo por primera vez, pero "fue durante una semana y con una marca concreta", explica Hernández. Con los que cuentan ahora prácticamente la totalidad de los asistentes son dispositivos de su propiedad que deben aprender a utilizar correctamente.

El equipo especializado que asiste a los menores durante esta semana está formado por dos monitores de tiempo libre, dos voluntarios, cuatro miembros de ADT y trece médicos y enfermeras de los dos hospitales y la Gerencia de Atención Primaria de Tenerife . "Es una experiencia mucho más enriquecedora que la que podemos tener en consulta", afirma Hernández, que concluye que el espacio permite ver a los niños en un ambiente cómodo y permite un abordaje educacional más completo. "No es lo mismo que verlos media hora cada cuatro días", remarca la enfermera del HUC.

Durante la visita oficial del presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso; el director del Área de Salud de Tenerife, Ignacio López, y varios representantes de la gerencia de Atención Primaria al campamento, el presidente de ADT, Julián González, aprovechó para hacer hincapié en las necesidades del colectivo. En este sentido, recordó la importancia de crear una estrategia de diabetes para Canarias y de reconocer la figura del educador en diabetes en Atención Primaria y Hospitalaria "para tener personal que nos cuide". En la ronda de preguntas al presidente insular, una niña palmera interpeló a Carlos Alonso acerca del momento en que llegarían las prestaciones sanitarias a las islas menores. El presidente afirmó que "hablaría" con la actual presidenta de La Palma, Nieves Lady Barreto, mientras que González prometió que este año continuarán trabajando para que los medidores continuos y las bombas de insulina se empiecen a distribuir entre la población de las islas menores.