Especies en peligro

El cambio climático no solo está afectando a las estaciones, también a las especies animales y a su desarrollo. En este contexto, la Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Gobierno de Canarias, ha contratado un estudio para desarrollar protocolos experimentales que permitan conocer las necesidades hídricas del pico de paloma y la piña de mar, dos especies vegetales en peligro de extinción en las Islas. La iniciativa tiene como objetivo establecer mecanismos para que estas especies puedan adaptarse al cambio climático. Durante el pasado año y los primeros meses de este 2019, la Consejería ha emprendido diferentes actuaciones para preservar los ejemplares del pico de paloma y la piña de mar, fundamentalmente en núcleos de Tenerife.

El paso del Sol por el trópico de Cáncer no ha sido suficiente como para que los canarios noten ese calor tan específico del verano. Anoche nuestro planeta se posicionó en modo verano pero el tiempo atmosférico no parece aún entender que las temperaturas tienen que empezar a crecer para poder disfrutar de las actividades al aire libre.

Quizás sea porque las estaciones, como las conocemos en la actualidad, están dejando de tener la misma durabilidad que antes. Los investigadores han constatado que debido a la acción del cambio climático se demorarán más y tardarán más en marcharse. De hecho, en un lugar donde las temperaturas son tan suaves como en Canarias, es probable que las características de las estaciones climáticas como primavera o otoño se empiecen a asimilar más a las del verano o el invierno.

A pesar del influjo del calentamiento global, nuestro sol continuará cada 21 de junio pasando por el trópico de Cáncer y provocando que los humanos vivan el día más largo de todo el año, dando, además, paso al verano.

El solsticio de verano es el momento en que, desde la Tierra, se puede ver al sol en su mayor o menor altura aparente en el cielo, dependiendo siempre del hemisferio. El astro que nos ilumina produce así las mayores diferencias naturales entre las poblaciones de la Tierra, cambiando totalmente las estaciones. Así, aunque el hemisferio norte puede empezar a disfrutar del periodo estival, en el hemisferio sur, entra el frío y el invierno.

La característica principal de esta jornada es que las duraciones del día o de la noche se tornan las máximas de todo el año. Pero el fenómeno no se produce siempre el mismo día y a la misma hora, porque el periodo orbital terrestre no es exactamente 365 días. En realidad, la Tierra pasa girando alrededor del sol una media de 365, 2425 días, una diferencia que nuestro calendario compensa con añadiendo bisiesto cada cuatro años.

Pero no habrían estaciones, y mucho menos un solsticio de verano si la Tierra no estuviera ligeramente inclinada. Concretamente, el eje del planeta se encuentra inclinado unos 23,5 grados con respecto al sol. Una situación que permite que los días no tengan siempre la misma duración, que haya estaciones y que éstas estén invertidas al norte y sur del Ecuador.

Si, por el contrario, el eje estuviese perpendicular, siempre veríamos el sol saliendo y escondiéndose por el mismo lugar (el Este y Oeste, respectivamente). Asimismo, las noches y los días durarían siempre lo mismo. A pesar de todo, este fenómeno no es raro de ver. Concretamente, es posible verlo en dos días del año, los que denominamos equinoccios.

Una particularidad del solsticio de verano es que en el Círculo Polar Antártico el sol no se ocultará bajo el horizonte y girará alrededor del observador, un fenómeno que se conoce como noche blanca. Luego irá ocultándose poco a poco hasta el solsticio de invierno, cuando será noche cerrada durante 24 horas.

Este año, el comienzo del verano coincide con una predicción meteorológica poco clara acerca de sus características. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) existen probabilidades equivalentes de que la próxima estación sea normal, fría o cálida, así como más o menos seca. "Es muy temprano para saber cómo será", explicó Victor Quintero, delegado de la Aemet en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, que recalcó que las "respuestas seguirán siendo vagas hasta que se alcancen ciertos horizontes".

Por el momento, la Aemet ha constatado que el verano se iniciará con unas temperaturas "por debajo de lo normal" y, además, será más seco de lo normal en las Islas. Una situación que va en concordancia con el resto del país que, desde octubre, ha registrado un 16% menos de precipitaciones de lo normal y un 25% menos desde el mes de enero .

Esta escasez de precipitaciones en los últimos 12 meses permite hablar de sequía meteorológica, sobre todo en la mitad occidental y en el tercio norte, así como en algunas islas canarias, según destacó el portavoz de Aemet, Rubén del Campo.

Según datos de Aemet publicados este jueves 20 de junio, el valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre de 2018 (comienzo del año hidrológico) hasta el 18 de junio de 2019 se cifra en 459 mm (litros por metro cuadrado), lo que representa alrededor de un 16% menos que el valor normal correspondiente a dicho periodo (546 mm).

Se trata, y así lo han constatado del tercer año hidrológico y como del natural más seco del siglo XXI. Asimismo, la primavera de 2019 ha sido la sexta más seca del siglo XXI, con un valor medio de lluvias de 174 litros por metro cuadrado para el conjunto del país lo que "le confiere un carácter seco". Por meses ha indicado que tanto marzo como mayo fueron "muy secos", con una reducción del 44% y un 61%.