La Gerencia de Urbanismo de Santa Cruz de Tenerife ha vallado parte de la plaza de San Francisco, en pleno centro de la capital tinerfeño, ante el riesgo de caída de la campana principal del campanario de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC). Esto aseguró ayer el concejal de Urbanismo, Carlos Tarife, que detalló que se ha descubierto que esa campana solo está sujeta por uno de los tres soportes de la estructura. El próximo lunes se procederá, tal y como detalló Tarife, a la retirada de la campana para luego volverla a colocar ya con las sujeciones reparadas y evitar así riesgo a los viandantes.

El campanario forma parte de un complejo de origen religioso, situado entre las calles Villalba Hervás y Ruiz de Padrón y la plaza del Príncipe, que en su origen –fue construido en 1680– albergó el convento franciscano de San Pedro Alcántara. Las campanas se encuentran en el edificio que hoy ocupa la sede del TSJC, llamado Palacio de Justicia, mientras al lado se encuentra la iglesia de San Francisco y detrás, la capilla de la Venerable Orden Tercera Franciscana y el Museo de Bellas Artes.

Las deficiencias en las sujeciones de la campana principal del Palacio de Justicia se detectaron gracias a las obras de rehabilitación que lleva a cabo el Gobierno de Canarias, después de que se produjeran caídas de cascotes. Por eso ya hay una malla de protección alrededor de la base del campanario. El concejal de Urbanismo informó de que en el transcurso de estas obras de reforma se volverá a colocar la campana principal. La retirada y posterior reposición las realizará el Obispado de Tenerife, propietario del inmueble.

El complejo fue declarado Bien de Interés Cultural –BIC, con la categoría de monumento– por el gran valor de los inmuebles que lo conforman y la necesidad de preservar no solo la iglesia de San Francisco –«uno de los inmuebles religiosos más destacados del Archipiélago», según la declaración de BIC–, sino también todo su entorno histórico, configurado por los inmuebles que rodean la Plaza de San Francisco y los propios restos del antiguo recinto conventual, hoy convertidos en el Palacio de Justicia y el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife.