La capital tinerfeña cuenta con unas piscinas propias de un hotel de lujo. Así lo asegura Alfonso Cabello, concejal de la Sociedad de Desarrollo y responsable de la empresa pública que lo gestiona. En julio y agosto siempre ha estado lleno –ajustado a la normativa covid–, con 45.000 y 50.000 usuarios, respectivamente. La próxima salida de la Autoridad Portuaria de la sociedad permitirá trazar nuevos objetivos.


El concejal de la Sociedad de Desarrollo y presidente de la empresa pública que gestiona el Parque Marítimo César Manrique, Alfonso Cabello, no se puede sustraer a su pasión como publicista y renueva el mensaje de promoción de las instalaciones que abrieron sus puertas por primera vez en 1995. «Santa Cruz cuenta con unas piscinas propias de un hotel de cinco estrellas», sentencia para referirse a la última obra del artista lanzaroteño en la capital.

Piscinas de 5 estrellas en Santa Cruz

La fotografía de la zona poco se corresponde con la cuenta de resultados. Detrás de la imagen idílica de piscinas, hamacas, sombrillas, césped en un entorno impoluto está la cuestión económica. En el ánimo de Cabello no está hacer del Marítimo –como denomina la juventud a este enclave– en una fuente de ingresos, pero sí garantizar que no genere pérdidas. Ese objetivo lo ha conseguido en dos de las cinco oportunidades en las que ha ocupado la presidenta de la sociedad que lo gestiona, y no pasa por alto la incidencia que ha tenido el covid.

Con o sin pandemia, el parque marítimo siempre ha estado lleno. Pero la ocupación de estos meses de julio y agosto está al máximo de las posibilidades que les permiten las autoridades sanitarias, pero se ven mermadas respecto a antes del covid (a.C.). En julio recibió la visita de 45.000 usuarios, mientras se prevé que el vez que concluye mañana experimente un incremento hasta las 50.000 personas que han disfrutado de las instalaciones. Y eso sin que se haya bajado del nivel 3, lo que se traduce que, en el mejor de los casos, se ha permitido una ocupación del 55%, si bien en la actualidad el parque marítimo solo ocupa el 33% de su capacidad máxima autorizada, 4.500 plazas.

¿Qué ha influido para incrementar el número de usuario de un mes a otro? Desde la dirección de las instalaciones se perciben dos formas diferentes de disfrutar del Marítimo. Entre semana, se produce el relevo de bañistas: personas que organizan el día en función de su jornada laboral y que, cuando salen del trabajo, aprovechan para darse un baño; hay dos clases de públicos: el usuario más madrugador que regresa a casa a la hora del almuerzo, lo que libera plazas que ocupa quien aprovecha para darse un chapuzón en horario de tarde. Los fines de semana cambia la tendencia y el cliente se decanta por pasar el día en el César Manrique, por lo que no se produce relevo.

Que la capacidad del Marítimo esté al 33 por ciento de sus posibilidades para cumplir la normativa de las autoridades sanitarias impuestas para evitar posibles contagios por la pandemia no se traduce en una merma en el dispositivo de seguridad ni en personal. «Siempre he dicho que si quieres un bañito seguro la opción es César Manrique», que tiene todo el operativo activado. «Aquí hay desde un médico a una ambulancia, además de todo el equipo de Cruz Roja desplegado», destaca el edil.

Justo cuando mayor fue la incidencia de la pandemia, que obligó al cierre de las instalaciones, y aprovechando las obras que estaban proyectadas, el parque marítimo afrontó unas obras de renovación en la fontanería, accesibilidad y mantenimiento que han permitido unas instalaciones más rentables y sostenibles.

El reto a corto y medio plazo pasa por la apuesta definitiva del Parque Marítimo como lo que es: el pórtico de entrada a Santa Cruz, junto a otros iconos de la capital chicharrera que se localizan en la zona: el Palmetum, el recinto ferial o el Auditorio de Tenerife. Cabello apuesta por dar realce al jardín botánico y a las piscinas de cinco estrellas como tarjeta de presentación tanto al vecino y al visitante cuando se adentre desde el Sur precisamente por una zona que otrora fue industrial y hasta una montaña de basura que cerca llegó a tener un matadero.

Eso ya es historia. Para consolidar la viabilidad económica, dos claves: la próxima salida de la Autoridad Portuaria del consejo de administración de la Sociedad Parque Marítimo, que dejará la gestión de forma exclusiva en manos del ayuntamiento, y el nuevo planteamiento, que abrirá la mano en los usos de las instalaciones. «Ni fiestas house, pero tampoco que no puedas utilizarlo para presentar unos bañadores olímpicos». Ahí está el reto.