«Estamos indignados. No entendemos por qué la Policía local ha impedido durante dos horas y media el paso desde el túnel de Taganana a las personas que querían venir a esta zona de Anaga cuando resulta que las terrazas de los bares y restaurantes de la zona están vacías». Es el lamento, casi agónico, de Vanesa Sosa, dirigente vecinal de Almáciga y también trabajadora de uno de los restaurantes de Benijo, que expresaba el sentimiento generalizado de los empresarios de esta zona. En la tarde de ayer, después de la protesta vecinal y gracias a la mediación del concejal accidental de zona, Alfonso Cabello, se instalaron señales que impiden aparcar en la playa de Almáciga desde 22:00 a 6:00 horas, al igual que ocurre en otras zonas de baño de la capital, lo que evita que las caravanas pernocten.

Unas señales impiden aparcar en la playa de Almáciga de 22:00 a 6:00 horas. Foto del perfil Tagananeros, de Facebook

Anoche, a las 22:00 horas, las fuerzas del orden público obligaron a abandonar la zona a las caravanas y furgonetas que permanecían en la zona, tal vez a la espera de que la prohibición se hiciera efectiva, lo que permitió una imagen atípica de la playa de Almáciga desierta de vehículos del sábado al domingo de mitad de julio.

A primera hora de la tarde de ayer, coincidieron varios empresarios y representantes vecinales que pusieron rumbo a la zona del túnel de Taganana para pedir a la Policía que estaba en la zona que no limitara el acceso; poco después llegó la Guardia Civil, que pareció más permisiva al dejar pasar a quienes trasladaban su deseo de ir a almorzar en los restaurantes.

Vecinos y empresarios acudieron a la zona del cierre para pedir a la Policía que no impidiera el paso a los clientes de restaurantes. El Día

Jesús Marrero, de Venta Marrero, también se trasladó hasta donde estaban los agentes impidiendo el acceso. «Allí están pidiendo los carné y solo dejan pasar a los vecinos, y encima a aquellos que estén empadronados, no vale con que les digas que tienes una casa», precisó Alejandro Sosa, dirigente vecinal de Almáciga. Marrero sentenció: «tengo la terraza vacía del restaurante y sin embargo tienen cerrada la carretera; si aquí viene la gente con su coche y no encuentra sitio, que se den la vuelta y se marchen, pero en el restaurante mío, en Benijo, tengo un terraplén, se puede acceder, pero no los dejan pasar».

Vanesa Sosa se pregunta: «¿Y qué va a pasar con la gente que tenga una casa reservada para pasar el fin de semana? ¿También les van a impedir el acceso?».

Una visita a Casa África, uno de los altares de referencia del Roque de las Bodegas, permitía descubrir que estaban todas las mesas vacías salvo dos en el exterior.«Es la una de la tarde y ahora es cuando comienza a venir la gente; no entiendo a qué juegan», decían los empresarios afectados.

«Hemos pasado la crisis del Covid, luego vino el cierre para hacer la obra del talud, después hace quince días el puente de San Andrés y ahora que viene la gente, van ellos (en referencia a la Policía local) y cierran la carretera. ¡Eso no lo pueden hacer porque no es legal y voy a pedirle a mi abogado que adopte las medidas necesarios porque nos están hundiendo; parecen que quieren acabar con nosotros», explicó Jesús Marrero.

Según los datos facilitados por la Policía a los empresarios y vecinos que preguntaron por qué se había cerrado, «quienes deciden cuándo hay que cerrar la playa de Almáciga porque está llena de gente es Cruz Roja, que se encarga de la vigilancia», precisó Jesús Marrero, que no salía de su asombro. Lo que tienen que evitar es que las caravanas y los furgones se queden por la noche para que al día siguiente la gente que quiera pasar el día en su vehículo pueda venir». Alejandro Sosa se preguntaba «por qué no se aplica el mismo protocolo antiCovid en los aparcamientos de Las Teresitas, que se impide aparcar desde las diez de la noche hasta las seis de la madrugada, y aquí se deja acampar». Y parece que el concejal accidental de Anaga los escuchó, porque por la tarde se procedió a la instalación de señales que prohiben aparcar de 22:00 a 6:00 horas.

Vanesa Sosa amplía la justificación al cierre: «Parece que como saben que nos vamos a manifestar el próximo sábado están haciendo esto por represalias y lo único que consiguen es darnos la razón; esto es fruto de la falta de previsión». «Hoy hay menos gente en Anaga que los días entre semanas y sin embargo han cerrado la carretera».

«No entendemos que la solución a que haya coches en la playa de Almáciga sea cerrar desde el cruce de Taganana, eso es como si tienes problemas en el tráfico en las ramblas de Santa Cruz por la salida de los colegios y cierras desde la piscina municipal», añade Alejandro Sosa.

Borja Bencomo, del restaurante La Ola, recuerda que el Cabildo y el Ayuntamiento prometieron adoptar decisiones para resolver esta situación pero no se ha hecho nada. «¿Qué pasa con Anaga?».

Otra de las empresarias de la zona, desesperada, casi suplicaba: «Yo lo único que pido es que dejen venir gente; el día 20 tengo que pagar 2.325 euros de impuestos. ¿Cómo los vamos a pagar si no nos dejan venir gente a los negocios? De qué los pago?».

El Cecopal, desde las 9:35 horas, publicaba en su perfil en Twitter: «Desde esta mañana temprano la zona de estacionamiento de Almáciga se encuentra con lata ocupación. Pasamos información a Policía local».

Dos horas después, a las 11:37, la Policía anunciaba en su perfil oficial en la misma red social: «La Policía va a cerrar el paso de vehículos, salvo a vecinos, en el cruce de la TF-12 hacia Taganana antes del túnel para evitar el acceso de más vehículos a playas de Anaga».

Y así hizo, y hasta se requirió también una pareja de motoristas de la Guardia Civil al tratarse de una carretera insular, lo que motivó la indignación de vecinos y propietarios de los comercios, que ven peligrar su economía en vez de poner alternativas, como un micro gratuito de Taganana a Benijo –como se hizo hace dos años– u otras medidas que no se limite a «gente en la plaza, cerramos la carretera de acceso».

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Poco después de las tres de la tarde, la Guardia Civil se mostraba más permisiva a la hora de dejar pasar a aquellas personas que informaban que habían reservado mesa para disfrutar de un almuerzo en los restaurantes de la zona, al parecer gracias a las gestiones que realizó Alfonso Cabello, quien se encontraba como concejal del distrito de Anaga en sustitución de su compañera Macu Fuentes.

Alejandro Sosa recuerda que el pasado 28 de junio se celebró una reunión en la plaza de Almáciga a la que estaban convocados los representantes del Cabildo y del Ayuntamiento; esta última administración no acudió. En el encuentro –en la segunda visita que realizada el director insular de Carreteras Tomás Félix García en cuatro días– el Cabildo propuso al ayuntamiento la cesión de la carretera de Almáciga a la Corporación municipal y, además, destinar unos 400.000 euros para el proyecto que permitiría triplicar el número de aparcamiento y ordenar el tráfico en la zona. Pero el ayuntamiento no acudió ni aún ha dado respuesta a la oferta.