La preservación del medio natural y la lucha contra el cambio climático son algunas de las premisas sobre las que se establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un reto que atañe al conjunto de la sociedad y que forma parte de las políticas de actuación que desarrolla la Empresa Mixta de Aguas de Santa Cruz de Tenerife (Emmasa), integrada en el Grupo Sacyr, con el objetivo de compaginar el crecimiento empresarial con el cuidado del medio ambiente y del bienestar social.

En este contexto, las acciones que lleva a cabo Emmasa se centran en planificar y ejecutar actividades que contribuyan a reducir el impacto que origina su actividad en el entorno y a mejorar la gestión de los residuos generados, con la intención de reutilizar el máximo de los recursos posibles.

Para conseguirlo, la empresa mixta de aguas se ha apoyado en impulsar las nuevas tecnologías dentro de los procesos diarios, abogando por la sostenibilidad y el cuidado medioambiental como eje central de la actividad. “Se trata de una manera de abrir nuevos caminos y utilizar la tecnología de manera que nos permitan reducir y hacer un uso más eficaz de los recursos”, asegura la gerente de Emmasa, Paula Soriano.

El primer teniente de alcalde y concejal de Servicios Públicos, Guillermo Díaz Guerra, ha manifestado que Santa Cruz ha iniciado “un proceso imparable para aumentar los niveles de sostenibilidad de sus servicios públicos”. Además de la flota de dichos servicios, “que es hoy mucho menos contaminante que hace un año, es fundamental el trabajo de lograr una más eficaz red de gestión integral del agua en el municipio, un alumbrado más eficiente y un transporte público compuesto por vehículos con menor emisión de CO2 a la atmósfera”. “El objetivo”, ha añadido, “es que Santa Cruz disponga de unos servicios públicos complemente adaptados a las exigencias de sostenibilidad de una sociedad cada día más comprometida con la gestión respetuosa con el medio natural”.

La sostenibilidad en cifras

En la actualidad la empresa cuenta con certificados AENOR (ISO 9001, 14001 y 50001) en calidad, medioambiente y gestión energética, que permiten analizar los procesos de manera continua y detectar aspectos de mejora o medidas que se pueden implementar para optimizar y conseguir reducir la huella de carbono que genera la actividad.

Esta apuesta por impulsar procedimientos más sostenibles tiene un efecto directo en las cifras de la empresa. Solo en el año 2020, Emmasa reutilizó casi 600 mil metros cúbicos de agua para el riego de parques y jardines, lo que equivale a más de 190 piscinas olímpicas. Ese mismo año, la compañía consiguió reducir un punto porcentual las pérdidas de agua que se registraban en sus redes de distribución, lo equivale al consumo de toda la ciudad de Santa Cruz de Tenerife durante dos días.

Además de buscar y solucionar fugas en la red de abastecimiento, Emmasa realiza otras actuaciones para garantizar un uso eficiente del agua que incluyen la renovación de la red y la actualización de los sistemas de gestión de presiones y contadores sectoriales.

Al mismo tiempo, la empresa hace una importante apuesta por implantar un modelo energético más sostenible. En los últimos años se han instalado 869 paneles solares que permiten que se produzca una reducción de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera de 320 toneladas al año, cantidad que iguala la emisión de más de 100 vehículos.

Concienciación ciudadana

La Empresa de Aguas Mixtas dedica una parte de sus esfuerzos a concienciar a los más de 209.000 usuarios a los que presta el servicio de participar en el cuidado del entorno, asumiendo una serie de hábitos que ayuden a reducir el consumo de agua, consciente de que “la contribución de cada uno es fundamental para la protección del planeta”, según explica Soriano.

Con este propósito, Emmasa ha editado una guía con consejos prácticos para ahorrar agua, entre los que se incluyen algunas pautas como cerrar el grifo durante el lavado de dientes, poner el tapón mientras dure el afeitado, tomar duchas en lugar de baños, lavar las verduras juntas en un recipiente en lugar de una por una, dejar los alimentos descongelar de manera natural evitando ponerlos bajo el grifo, revisar las fugas y usar dispositivos de ahorro en cisternas o lavavajillas.

Además, Emmasa cuenta con una Guía de Buenas Prácticas Ambientales en la que hace un repaso de algunas pautas relacionadas sobre el control de contaminación por aceites y combustibles, energía eléctrica, ruido y suelos, papel y productos químicos.

Antes de la aparición de la pandemia, la empresa realizaba jornadas y talleres divulgativos dirigidos a los estudiantes y a la ciudadanía en general, para sensibilizar e informar a la población sobre cómo hacer un uso eficiente del agua y evitar malos hábitos, como los de arrojar toallitas higiénicas al inodoro, que perjudican al cuidado del medio ambiente, ya que no son biodegradables. Durante esta etapa, en la que la ciudadanía ha tenido que aprender a convivir con una situación nueva generada por la COVID-19, Emmasa se ha adaptado a los nuevos métodos de consumo de información realizando campañas de concienciación de forma telemática.