Los vecinos de Anaga están indignados por la evolución de los acontecimientos desde que el jueves de la semana pasada se cayeran unos cascotes en el puente de San Andrés –el único acceso de Anaga por Santa Cruz y uno de los dos que existen, junto al de la cumbre, por Las Mercedes– que motivó primero el cierre a vehículos pesados de más de 3,5 toneladas –como guaguas, camiones y cubas de cemento como las que se usan para la obra del talud de Almáciga– y más tarde se impidió el paso peatonal por la avenida Pedro Schwartz. Como recordó ayer mismo el miembro de la Asociación de Vecinos El Pescador, Marcos Cova, la caída de cascotes se produjo tres días después de la visita que realizó al pueblo de San Andrés el alcalde de Santa Cruz.

Dirigentes de las asociaciones vecinales de los pueblos y caseríos de Anaga afectados por la limitación del tráfico de guaguas mostraron su malestar porque «lo que está ocurriendo es fruto de la dejadez y el olvido al que han sometido a Anaga, donde no han invertido ni en la mejora ni en el mantenimiento de las infraestructuras. El abandono ha quedado de manifiesto con el caos de tráfico que se forma cada vez que hay un fin de semana bueno, con la caída de piedras en el talud de Almáciga y ahora con el cierre del puente de San Andrés, el único acceso por Santa Cruz a Anaga», recordó Kiara de la Rosa, vecina de la zona de El Regente, en la parte alta del barranco de El Cercado en San Andrés. "Después de que en 2018 cayeran cascotes, el equipo de Patricia Hernández colocó semáforos provisionales para evitar, por ejemplo, que coincidieran vehículos de mucho peso en el tramo del puente debido al mal estado. Al menos aquella corporación colocó semáforos; la actual ha hecho caso omiso de la situación", añadió Kiara.

Adal Izquierdo Núñez, del Centro Sociocultural Anaga, de Taganana, considera lógicos los daños en el puente de San Andrés que se construyó en 1930. «No es la primera vez que caen cascotes; ya ocurrió hace dos años y la anterior corporaciones, presidida por la alcaldesa Patricia Hernández, y con Ruymán Izquierdo de coordinador de distrito, colocaron unos semáforos provisionales para que se no acumulara el tráfico y limitar el paso por sentidos; desde entonces, no se ha vuelto a hacer nada».

«Y por ahí pasan los camiones para la obra de Almáciga, el servicio de basura de Urbaser, las cubas de Emmasa; además, creo que ese la gestión de ese puente fue cedida por el Cabildo de Tenerife al Ayuntamiento de Santa Cruz, pero no han hecho nada», continuó Adal Izquierdo, para lamentarse que ayer «la gente se quedó tirada en Taganana, lo que ha provocado, más si cabe, el descontento vecinal; estamos hartos por el abandono y nos sentimos desprotegidos por la falta de interés político».

El principal problema que padecen los vecinos que tienen que ir a trabajar a los pueblos y caseríos de Anaga, o salir rumbo a Santa Cruz u otros municipios está en el transporte público. El cierre al tráfico pesado del puente de San Andrés se ha traducido en la puesta en marcha de un micro de diez plazas –aunque tienen quince, pero en el punto de partida en el intercambiador solo se autoriza a cubrir la decena–. «Hay muchas personas que han perdido sus puestos de trabajo porque aquí, en Anaga, la vida la tenemos organizada en función del horario del transporte público aquellos que no tenemos vehículo propio», asegura Kiara de la Rosa, de El Regente, mientras Alejandro Sosa, de Nuestra Señora de Begoña, en Almáciga, precisa que «antes salíamos desde casa y en 40 minutos llegábamos a Santa Cruz; ahora si el transporte se hace en la guagua que va por la cumbre tardas casi hora y media».

El dirigente del colectivo vecinal de Almáciga recuerda el caos que padecieron varios mayores que no tienen tarjeta y recurrieron, como siempre hacen, al transporte público para ir a cobrar al banco el pasado día 25. «Salieron de madrugada y volvieron bien entrada ya la tarde».

Alejandro Sosa sentencia: «Lo que está pasando es consecuencia de tantos años de no cuidar lo que tenemos; es culpa de la incompetencia». «Ahora los vecinos para ir a coger la guagua se tienen que levantar a las cinco, porque el transporte pasa una hora después y te da una vuelta por la cumbre». «Conozco el caso de quien se levanta a las cinco de la mañana para ir a trabajar y tarda doce horas en cumplir su jornada laborar y llegar a su casa». Para Alejandro, la solución está clara: «Con tantas empresas de transporte turístico que hay, lo fácil sería que el ayuntamiento alquilara un micro más o reforzara el servicio. El otro día salió el micro y dos o tres personas no se pudieron subir. Otra alternativa, habilitar taxis compartidos que trasladen a quienes necesitan i a trabajar o acudir a la cita médica».

Para José Iván Rodríguez, de Roque Negro, la situación no es nueva y tiene fácil solución. «En 1991 se derrumbó la carretera vieja de Pico del Inglés y hubo que construir un puente por debajo, por la carretera de la cumbre. La alternativa que dio en ese momento la empresa que operaba, Transmersa, era poner una guagua en un sentido y otra, en otro. La gente se bajaba de una y se subía a la otra sin ningún cambio de recorrido. ¿Por qué no se hace lo mismo en San Andrés?».

Adal Izquierdo, de Taganana, plantea otra alternativa, utilizar la vía que se habilitó en su momento en la zona del Valle de Las Huertas, para dar acceso al campo de fútbol de San Andrés, y que desde su construcción está sin utilizar. «No sería necesario construir un puente, sino utilizar el que ya existe y desviar la circulación por la zona del Infobox». «Pero prefieren encerrarnos, como está ya Benijo, y acabar con la poca vida económica que existe en la zona».

Soporta todo el tráfico

Marcos Cova, de San Andrés, insistió en que este puente soporta todo el tráfico de Anaga, y «ninguna de las dos corporaciones –en referencia a las que ha presidido CC y PSOE– han hecho nada. Hasta mañana (por hoy) no sabemos qué solución nos van a dar».

El concejal accidental del Distrito Anaga, Alfonso Cabello, confirmó que la junta de gobierno de la capital tinerfeña aprobará el próximo lunes, por vía de urgencia, la adjudicación del estudio que tramitará la Concejalía de Infraestructuras que dirige Dámaso Arteaga. Dicho trabajo tardará unas tres semanas hasta que se conozca el estado de la pasarela, y a partir de ahí se determinará la obra también por vía de urgencia. Esta tarde el alcalde y los concejales de Anaga, Infraestructuras y Servicios Públicos se reunirán un representante de cada asociación por núcleo afectado para informar de las alternativas y buscar soluciones al transporte público.