El ‘hombre orquesta’ de mayo

Entre los niños que se daban cita en las escalinatas del reloj de flores del parque García Sanabria, frente al teatrillo de Gorgorito, asistió en más de una oportunidad Javier Caraballero, quien asocia las Fiestas de Mayo que ahora dirige con las actuaciones del recordado Maese Villarejo y sus personajes, así como a la tradicional exposición de flores y plantas. Su infancia está directamente vinculada al barrio de El Draguillo, en el distrito Suroeste de la capital tinerfeña, por lo que venía casi de excursión a disfrutar de alguno de los actos de las fiestas patronales cuando se terciaba.

Mientras está atento a que todo esté listo para que comience la función de Gorgorito, en la tarde de ayer, Caraballero recuerda que no podía acudir al baile de magos que se celebraba en la zona de la calle de La Noria porque precisamente le coincidía con que estaba realizando la cruz de flores de su barrio, gracias a ese arte y las buenas manos que heredó de sus progenitores; tal vez por ello su pasión por las flores siempre queda de manifiesto en los escenarios que, como ocurre en edición, se han instalado en el recinto cultural estable de la avenida de Anaga, donde las flores de mundo y las esterlicias cobran especial protagonismo. O como ocurrió en 2017, cuando asume por primera vez el encargo que le realiza la entonces concejala de Fiestas, Gladis de León, para dar forma a la escenografía y la dedica a las plataneras.

Nacido en el mes de mayo hace 33 años, Javi Caraballero identifica la noche del baile de magos con el paso de los vecinos de El Draguillo que, ya de regreso a casa, sobre las dos o las tres de la madrugada, pasaban por la zona donde él realizaba la cruz que representaba al barrio que le vio nacer y en el que incluso se ha hecho grande artísticamente.

Con tres o catorce años ya se sumó al movimiento vecinal y hasta asumió la presidencia de la comisión de fiestas; precisa que su vida y la del actual concejal del Distrito Suroeste, Javier Rivero, discurren de forma paralelas, implicados en el movimiento vecinal de barrios pequeños del Suroeste, comprometidos en el mantenimiento y fomento de tradiciones, como ocurría con la elaboración de la cruz. Junto al movimiento vecinal, también colaboró con la asociación de mayores hasta que a mitad de 2006, cuando ya había culminado sus estudios en la Escuela de Arte la concejala de Fiestas de Santa Cruz, Gladis de León, le invitó a sumarse a su equipo.

Su formación discurrió de la mano con su faceta artística en el Carnaval, pues en 2011 realiza su primer traje de reina infantil y, desde 2012 y hasta 2016, siempre participa en las galas de las soberanas en las tres categorías de niñas, jóvenes y mayores, logrando el cetro de la cantera en 2012 y el de la tercera edad, en 2014.

Otra faceta de su formación la desarrolla en el Auditorio de Tenerife, como jefe de atrezo para diferentes óperas y musicales, experiencias que le permiten conocer a directores italianos de gran reputación o al mismísimo Jaime Azpilicueta. Ahí comienza a familiarizarse con las entrañas del mundo del teatro, entre los años 2014 y 2016.

El primer gran reto lo asume en el Carnaval 2017, cuando realiza por primera vez el diseño del escenario del Carnaval, gracias a la confianza depositada en él por Gladis de León, y que luego revalidó con el encargo del escenario de las Fiestas de Mayo, a lo que se suma la dirección de espectáculos como la entrega de los Premios Joven, para el Gobierno de Canarias, por en las fiestas de Arafo.

En estos cinco años entre bastidores –con la salvedad de 2020, marcado por la pandemia–, Javier Caraballero asegura que el reto más difícil que ha asumido ha sido la dirección de las Fiestas de Mayo, una oportunidad que no solo agradece desde el punto de vista personal al alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, y al concejal de Fiestas, Alfonso Cabello, sino que reconoce que la apuesta de los gestores políticos ha hecho posible que unas 700 personas del mundo del espectáculo puedan volver a trabajar después de un año y medio de inactividad.

Cuando todavía era una incógnita la viabilidad del recinto cultural estable que se instaló en la avenida de Anaga y que ha sido la tabla de salvación ara recuperar la programación de las Fiestas de Mayo que hasta la fecha ha reunido a más de 5.000 personas, Javier Caraballero reconoce que el objetivo era configurar una programación para todos los públicos, que alternara tanto el folclore como el humor o el rap.

Todavía hoy se duele de que el sector de la cultura haya pasado de ser aclamado por el público a estar estigmatizado por un determinado sector y agradece el comportamiento que han demostrado cuantas personas han pasado por el recinto cultural estable de la avenida de Anaga. «Esto ha sido una lección que ha demostrado que es un aforo seguro y se pueden hacer espectáculo y ha permitido el reencuentro de parte de los 26.000 profesionales que en Canarias se dedican al mundo del espectáculo». «La cultura no es un hobby de unas personas que se suben a cantar o a contar chistes sobre un escenario, sino que es una profesión; sin la apuesta valiente del alcalde y el concejal no habría sido posible», sentencia.