Los más de 100 voluntarios que participaron el pasado sábado en la limpieza marina realizada en la playa de Las Teresitas, en Santa Cruz de Tenerife, organizada por la Red de Vigilantes Marinos, retiraron más de 250 kilos de basura, entre la que se encontraban plásticos, latas, botellas de vidrio neumáticos y, "como ya viene siendo habitual", numerosas mascarillas, que "desafortunadamente han pasado a formar parte de los residuos más frecuentes".

Además de los integrantes de la Red de Vigilantes Marinos, se sumaron a esta iniciativa, cuyo objetivo era extraer todo tipo de residuos de los fondos marinos y del entorno costero de la playa de Las Teresitas, submarinistas de los clubes Terramare Medioambiente , EcoOcéanos y Buceo y vida, y BorealSub; jóvenes del grupo Scout 6 Ucanca, y voluntarios de la empresa Nivea Sun. En total, participaron 125 voluntarios.

Desde la Red de Voluntarios Marinos se explica que con este tipo de acciones también se persigue "concienciar y sensibilizar a la población sobre el grave problema ambiental generado por las basuras marinas". Por ello, antes de comenzar la actividad en Las Teresitas, el Grupo de Investigación ACHEN de la Universidad de La Laguna impartió un taller sobre los microplásticos, su origen y sus devastadoras consecuencias.  

A continuación, se realizó la suelta de un ejemplar de tortuga Caretta caretta, conocida coloquialmente como tortuga boba. Esta liberación, y consiguiente vuelta a su medio natural, fue llevada a cabo por el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla, donde ha pasado un largo periodo de tiempo recuperándose de las heridas producidas por artes de pesca que se encontraban a la deriva. La tortuga boba se clasifica como "vulnerable" según el Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas y como "en peligro" para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Con respecto a la limpieza marina, los buceadores y voluntarios se dividieron en varios grupos "respetando en todo momento las medidas de seguridad frente al Covid-19". Los datos obtenidos en la jornada del sábado "se han incorporado a la ciencia ciudadana de la que forma parte la Red de Vigilantes Marinos". "Para ello, se ha empleado la aplicación móvil Marnoba, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero y KAI Marine Services, una plataforma que recopila, almacena y muestra información sobre las basuras marinas de las costas españolas. De esta forma, se consiguen datos que permite adquirir un mayor conocimiento de la tipología de residuos que aparecen en el medio marino, sobre su origen y vías preferentes de transporte y deposición", se explica desde la Red de Vigilantes Marino. 

Para la retirada de los residuos que flotan en el agua o que se depositan en los fondos marinos, los buceadores de la Red de Vigilantes Marinos "utilizaron redes recicladas confeccionadas por las que son, posiblemente, las últimas rederas españolas". "Estas mujeres confeccionan cada año un millar de bolsas a partir de redes recuperadas por nuestros buceadores y estos las utilizan posteriormente para liberar nuestros mares de plásticos, latas, vidrios y otros residuos. Una nueva vida para estas redes que de nuevo volverán a pescar, aunque esta vez no serán peces", indica dicho colectivo.

Este aprovecha para agradecer la colaboración de la oficina de Participación al Voluntariado Medioambiental del Cabildo de Tenerife, de la Fundación Santa Cruz Sostenible y del Ayuntamiento de Santa Cruz "por permitirnos llevar a cabo este tipo de iniciativas en las costas de su municipio".