Las playas de Anaga han vivido este fin de semana inmersos en una “calma chicha” inusual respecto al fin de semana anterior. El sábado, por el mal tiempo; ayer, por menos afluencia de usuarios de lo esperado. De hecho, el Ayuntamiento decidió adelantar el operativo de seguridad de la temporada estival para evitar el caos de tráfico que vivieron los vecinos y visitantes hace ocho días. José Ramón Castellano, vecino y empresario de la zona, hace suya las demandas de más habituales de la zona para reclamar una mejor gestión a la crisis en la circulación. Reclama gestión y respuesta a problemas históricos de la zona.

“La solución para el tráfico en las playas de Anaga no es cerrar arriba a la altura del cruce e impedir que bajen los coche al Roque de Las Bodegas, Almáciga y Benijo”. Así de contundente se muestra José Ramón Castellano, quien fuera concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife entre 1999 y 2007 y en la actualidad ya desvinculado de la política.

Castellano, de procedencia materna de Taganana, disfruta de la jubilación en esta playa de Anaga, donde su familia tiene una vivienda vacacional y tiene arrendado un restaurante, al margen de la pasión que tiene en su relación con el mar, que alimenta casi todos los fines de semana participando en actividad subacuática.

Pero en la superficie, José Ramón pide gestión y recuerda que los vecinos de la zona se han ofrecido a aportar soluciones, más allá de que la mayoría de los residentes –un centenar y medio– disfruten de la zona los fines de semana y en período vacacional. A raíz del colapso del tráfico que se vivió hace una semana, advierte de que el ayuntamiento de Santa Cruz tiene que tener cuidado con las medidas que adopte sobre el tráfico porque están en peligro unos cuarenta puestos de trabajo en el sector de la restauración, para recordar que en Roque de Las Bodegas hay seis restaurantes, cuatro en Taganana y otros tantos en Almáciga, más otros establecimientos que se dedican a este sector empresarial en la zona. En total calcula que hay unas dieciséis casas de comida en la zona. A eso se suman otro sector en auge en la zona: las viviendas vacacionales, de las que hay una treintena en el lugar, y sin embargo, hay una veintena de aparcamientos legales, precisa, en el entorno.

El futuro, a juicio de los empresarios y vecinos de la zona, especialmente los vinculados con el sector de la restauración, pasa por habilitar solares. Y hasta señales algunas alternativas, como en solar, hasta desmontado y con protección en la montaña, que se localiza frente por frente a la playa del Roque de Los Bodegas. En su momento, el propietario había gestionado un proyecto para la construcción de seis apartamientos hasta que la Dirección General de Costas frenó sus aspiraciones. Y allí duerme el sueño de los justos esta parcela.

No es el único terreno que se podría adecentar; también al final de la vía que pasa junto al restaurante La Ola se descubre otra parcela que podría servir de aliviadero, junto en el lugar donde se localiza el torreón de la luz. Precisamente a esa zona acerca al visitante, para mostrar el camino real que une Roque de Las Bodegas con Almáciga en el que se encuentran algunos chapapotes de cemento que el Distrito de Anaga que dirige Macu Fuentes colocó para reparar la zona ante las demandas. “De aquí a Almáciga te pones en cinco minutos”. Y así lo demuestra cuando invita al visitante a subirse a su coches para acercarlo por carretera a la zona de La Vegueta, donde Castellano muestra otra explanada. Aunque alejada de la costa –difícil para dejar el coche y echarse a andar a la playa–, este vecino explica que el terreno es ideal para dotar a la zona de servicios, y hasta asegura que desde el Cabildo ya se trabaja en esa línea.

De paseo por El Roque

Con un guía de lujo como José Ramón Castellano descubrimos en la entrada al Roque de las Bodegas una casa abandonada, que en su momento perteneció a la promotora Playas Roques de Anaga, que ocupa un espacio de oro para habilitar estacionamientos, mientras aporta otra solución: cambiar los aparcamientos en línea por otros en diagonal. “No se crean muchas plazas pero permitiría a aliviar la situación” en una zona que incluso se ha habilitado un espacio para carga eléctrica de vehículos de energía límpias.

Llama la atención también la reserva de suelo par terraza que ocupa algún establecimiento de la zona, sobre el que no se pronuncia José Ramón Castellano, o hasta la parada de guaguas, que impide estacionar vehículos a pesar de que, según los vecinos, pasa tres veces al día por la zona.

Otro dato llamativo: el espacio que se ha reservado para los contenedores, el equivalente a cuatro estacionamientos para coches que le vendrían de lujo a un espacio huérfano de un lugar donde dejar el coche. Trae al recuerdo la reciente experiencia de un propietario de una vivienda vacacional. Un cliente le reservó desde Alemania la casa, se trasladó a Tenerife y el dueño colocó por fuera su vehículo para esperar la llegada y quitar su coche y cederle la plaza. Cuando el alemán intentó llegar al Roque de Las Bodegas la policía le cerró el paso argumentando que la zona estaba cerrada por la alta densidad de tráfico.

Entre las joyas naturales de la zona, la playa que ejecutó Pilar Parejo dentro del programa Tenerife y el mar en la época de Adán Martín como presidente del Cabildo, inauguración que tuvo lugar en diciembre de 1998 como recuerda una placa. Esta zona, recuerda José Ramón Castellano, permanece cerrada con un problema en uno de los pilares que se registró hace siete años. Y ahí sigue esperando una solución. Este vecino recuerda aún las palabras del entonces presidente del Cabildo, antes de llegar a gestionar el Gobierno de Canarias: “Qué sitio tan bonito para descansar”. Se emociona Castellano al recordar la figura del mandatario que tanta visión tuvo para el progreso de Canarias, destaca.

Otro de los lugares emblemáticos de la zona, el embarcadero, que espera la reposición de una barandilla que desapareció hace dos años y que dificulta el rescate o la salida de los bañistas cuando el mar se pone bravo.

José Ramón Castellano nos adentra a las “tripas” de la plaza, donde se ve un pilar partido y dos zonas bien diferencias en el barranco. Dos zonas claramente diferenciadas: una, la municipal, que asegura que nunca la han limpiado; otra, del Cabildo, expedita y totalmente adecentada. Los residentes apuesta por soluciones imaginativas, como hacer dos distribuidores de tráfico en Almáciga, para no estrangular la actividad económica en la zona.