Las restricciones sanitarias impiden la celebraciones de procesiones, con dos excepciones, ambas dentro del templo: hoy, Jueves Santo, el traslado del Santísimo al monumento, y el Domingo de Resurrección. Todos los templos de la isla tienen limitada a la tercera parte su aforo. Tras la restricción total de 2020, hoy las iglesias vuelven a exponer su orfebrería en honor del Sacramentado, pero no habrá lavatorio, al igual que se suprimieron los ramos.

La Diócesis Nivariense, con presencia en las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, vive a dos velocidades la segunda Semana Santa sin procesiones. La primera, en 2020, coincidió con el pleno confinamiento, cuando el Obispado de Tenerife potenció la parroquia virtual, que permitió acercar los cultos religiosos más esperados en la vida del cristiano a través de la vía telemática.

Un año después, no hay confinamiento pero sí unas estrictas medidas sanitarias para evitar posibles contagios por el Covid-19 y, dada la desigual incidencia por Islas, el aforo varía. Así, en Tenerife, todas las iglesias tienen limitado su aforo a un tercio de su capacidad, mientras en las tres islas restantes de la Diócesis se permite una ocupación del 75% del total. Eso no afecta a la celebración de las procesiones, totalmente suspendidas en esta edición de la Semana Santa.

La imposibilidad de celebrar actos multitudinarios no ha evitado que, gracias al ingenio de las cofradías y hermandades de La Orotava, las imágenes hayan salido a la calle, no en forma de procesión sino a través de los lienzos de grandes proporciones que se han expuesto en la vía pública, iniciativa celebrada y felicitada desde el Obispado de Tenerife.

Hoy, Jueves Santo, las parroquias de la Diócesis Nivariense han tenido que sacar el polvo antes de limpiar la plata a su orfebrería después de que el año pasado no se instalaran los tradicionales monumentos en honor al Santísimo Sacramento del Altar, dado el confinamiento.

Tras el año sabático que obligó el Covid, las parroquias se han entregado en los últimos días a preparar el lugar de su templo donde se custodiará esta tarde al Santísimo en una celebración que se recodarán tres aristas: el día del amor fraterno, la institución del sacramento de la eucaristía así como el ministerio sacerdotal.

El pasado domingo, Domingo de Ramos, los fieles pudieron participar en las eucaristías presenciales, con las limitaciones de aforo y en la primera vez que no se repartieron los tradicionales palmitos para evitar posibles contagios y garantizar el distanciamiento físico, en cumplimiento de las normas sanitarias.

Por ese mismo motivo, en las eucaristías que se celebrarán esta tarde en las parroquias de la Diócesis de Tenerife tampoco se procederá al tradicional lavatorio de pies que fija la liturgia, sino que se limitará a mantener un signo en algún lugar del altar, como la exposición de una jofaina y una toalla a modo de recordatorio.

Las instrucciones dadas desde el Obispado también han sido taxativas en cuanto a las procesiones, que suspenden cualquier culto en la vía pública y que sólo establecen dos excepciones: una, reservada a esta tarde, al traslado dentro del templo del Santísimo desde el altar hasta donde se fije la reserva. La segunda procesión claustral se permitirá de forma excepcional el domingo, en la misa del Resucitado, y es que, como ha venido ocurriendo desde que se retomaron los cultos religiosos, el distanciamiento social rige hasta la separación física de cuantos van a comulgar.

Este Triduo Pascual hereda parte de la técnica que permitió sortear el confinamiento el año pasado. Así, la Diócesis de Tenerife hace suyo el Círculo del Silencio que iniciaron los franciscanos de Toulousse (Francia) en 2007 y anima a cada feligrés a hacerse presente desde sus perfiles personales en las redes sociales denunciaron las diferentes injusticias por las que pasan los migrantes. Se trata de un signo que se limita a que las personas que lo deseen cuelguen en las redes sociales una foto a título individual o con su familia incluyendo un símbolo religioso con la leyenda: “CírculoDeSilencioDíaDelAmorFraterno”.

De la misma forma que la parroquia de San Francisco de Asís, en la capital tinerfeña, celebró el Martes Santo el día dedicado al Señor de las Tribulaciones con una eucaristía presencial y que también emitió por su Facebook, otras iglesias, como Santo Domingo de Guzmán, en La Laguna, celebrará a las 19:00 horas la Cena del Señor y a las 20:00, la Hora Santa ante el Santísimo que dirigirá el párroco Juan Pedro Rivero que se podrá seguir también por el canal Youtube de la iglesia.

Y es que las comunidades parroquiales han tenido que echar mano a la imaginación y el ingenio para suplir las procesiones. Sirva como ejemplo la propuesta del Evangelio del Amor, un paseo guiado por los pasos expuestos en el interior de la Catedral de La Laguna.

El mismo recogimiento al que obligan las medidas sanitarias imperará en la celebración de la adoración a la Cruz, en los oficios del Viernes Santos, donde la presencia ante la Cruz se limitará a una oración colecta en forma de reverencia y que sustituirá la oración personal que fija la liturgia cuando lo permiten las condiciones sanitarias.

Los creyentes podrán celebrar este Sábado Santo su Pascua, pero ajustada a la normativa Covid. Se da la circunstancia de que el Obispado solo permite una Pascua por sacerdote y a eso se suma que la celebración deberá comenzar al ocaso, como fija la tradición. Se da el caso de que con el cambio de hora del pasado fin de semana, muchos fieles casi llegarán con gafas de sol al inicio de la ceremonia –entiéndase la broma–, que en la mayoría de las iglesias comenzará a las 20:00 horas y que este año tendrán una duración máxima de 90 minutos que viene marcada precisamente por el toque de queda, pues cara presbítero debe garantizar que los feligreses puedan estar en sus casas antes de las diez de la noche. De esta forma, el repaso en la liturgia por la Historia de la Salvación se limitará al ritual más breve para combinar culto religioso y normativa sanitaria.

Otra de las citas tradicionales, como la Pasión de Adeje, que se debería celebrar tal día como mañana, se vuelve a suspender por segundo año ante la imposibilidad de organizar actos multitudinarios en una edición que tiene el aliciente de que se recuperan los sacramentos de forma presencial, aunque no las procesiones en una Semana Santa más íntima.