Lagunero de pro –donde nació en 1967–, Jesús Gil se presenta como maestro belenista Eso, en su faceta navideña, pues por la mañana se le puede encontrar como trabajador del Ayuntamiento de Aguere en el trámite de expedientes y, por la tarde, se cita con el arte. Tan pronto se le puede ver con su clarinete a cuestas con la Banda de Música como en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, templo desde el que incorporó a la procesión magna el paso del Resucitado, en 2005, sin obviar su estrecho vínculo con el mundo de las cofradías y hermandades.

Más allá de artesano belenista, Jesús –Suso, como lo saludan cuantos laguneros se lo encuentran por la calle– es un artista que ha encontrado en los belenes una forma de aplicar las artes, desde el diseño al color o la perspectiva. Son tres de las señas de identidad que caracterizan sus belenes, huérfanos de figuras con mantas esperanceras o el popular cagón.

Cada una de sus obras aspiran a ser una representación fidedigna de cómo fue el ambiente en el que nació Jesús de Nazaret. Entre los elementos fundamentales que, en su opinión, tienen que haber en todos los belenes, son indispensables –por este orden– el pesebre, los Reyes Magos –ya sean en cabalgata o en adoración–, la anunciación a los pastores y, también, María, al margen de que se pueda incorporar la huida a Egipto o el Palacio de Herodes. Su sello queda identificado en reproducciones que recrean, incluso, los colores de Belén, con predominio del ocre, salvo cuando quiere resaltar algún elemento o escena, que incorpora los verdes para resaltar. “Soy un clásico; un defensor del belén bíblico”, se define.

Suso hizo sus pinitos con los belenes cuando tenía siete u ocho años, de forma autodidacta. Atrás quedaron las primeras figuras que realizaba con plastilina y con fósforos, desterradas en la actualidad por piezas de barro que pertenecen a su colección personal y que las ha adquirido, en el 90 por ciento de los casos. Sirva como ejemplo que solo una figura de barro puede costar a partir de 400 euros cada una.

Ya desde los meses de junio o julio comienza, en el local de su casa, los preparativos de los belenes. “Una recreación como la que se ha instalado este año en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife puede llevar tres meses de trabajo”, precisa con el aval de más de cuarenta años de dedicación. En este periodo, es el autor de una media de dos portales al año. Sirva, como ejemplo, los cuatro que ha realizado este año: al elaborado para las Casas Consistoriales chicharrera se suma el de CajaSiete, el del Colegio de Abogados o el último, que tiene previsto colocar aún, en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, en La Laguna.

Espíritu de superación

La clave del éxito, y también del aprendizaje en el arte como belenista, está en la técnica ensayo-error, así como en su formación en cuantos talleres se han ofertado de forma específica sobre este arte. “Siempre que concluyo un belén, mi objetivo al año siguiente es superar y mejorar el último realizado; ese es el reto”.

Admite que evita mirar atrás y recordar sus primeros belenes, porque “veo errores por todos lados”. Con el paso de los años y la entrega a este arte, ha ido perfeccionando su técnica para un arte efímero, pues explica que, salvo alguna pieza concreta que conserva, el resto se destruye. “A las administraciones solo les interesa tener un belén para instalarlo cuando viene la Navidad, de resto, no lo quieren conservar”.

Más de cuarenta años han pasado desde que se inició en el belenismo, una oportunidad única, a su juicio, para el ejercicio de las artes aplicadas: diseño, dibujo, pintura... Durante estas más de cuatro décadas ha sido el autor de nacimientos que se han instalado en el Cabildo de Tenerife, los ayuntamientos de Santa Cruz o La Laguna, el Gobierno de Canarias o asociaciones que acuden a él para confiarse a su buen hacer.

Clave fundamental para lograr un óptimo resultado es contar con un amplio equipo, como es su caso; además, dada la premura de tiempo con la que le contratan los belenes, admite que cuando proyecta un portal recrea en el salón de su casa el entorno para donde lo ha ideado, antes, incluso, de que se produzca la contratación. Dice que se ha dado la circunstancia de tener que recurrir al alquiler para realizar su montaje o el proceso de fabricación. Cada año es un belén nuevo, o dos. Tantos como encargos recibe.

En esta ocasión, quienes se acerquen hasta el Ayuntamiento de Santa Cruz podrán deleitarse en la Natividad que recrea una austera cuadra, entre enseres de labranzas, sacos, ruedas de carros rotos, así como la adoración que protagonizan los Reyes Magos, mientras en la parte de atrás el visitante se puede refocilar en un arco de medio punto que da profundidad a la recreación. A la izquierda, la anunciación de María; a la derecha, el sueño de San José, entre detalles en los que se puede deleitar el visitante en esta recreación artesanal.