Rosario González es uno de los rostro nuevos en el equipo de gobierno que lidera el nacionalista José Manuel Bermúdez. Nacida en la capital tinerfeña en 1992, es la concejala más joven de la nueva Corporación; no en balde integró la mesa de edad como la benjamina en un mandato que ha tenido dos tomas de posesión: la primera, cuando la socialista Patricia Hernández tomó el bastón de mando; la segunda, el 13 de junio paso, cuando prosperó la moción de censura que devolvió el gobierno local a CC.

La concejala más joven del presente mandato es nacida, criada y ensolerada en la avenida Reyes Católicos, El Chapatal o Tomé Cano, donde cursó sus primeras letras. Cuentan que cuando sus padres iban al colegio a interesar por la evolución de Charín, como la conocen en su círculo familiar y de amigos, la respuesta del profesorado era unánime: "es la defensora del pueblo".

Esa vocación por lo social que comenzó a despuntar en las aulas se fraguó en la Universidad, donde se graduó como trabajadora social, y con ese aval desarrolló su labor durante siete años en el Banco de Alimentos. En el ADN político de Rosario González se descubre su implicación en el movimiento vecinal y, en particular, en la implicación en la lucha a favor de los más desfavorecidos, una vocación que tiene un aval de formación universitaria y una proyección política como responsable del Instituto Municipal de Atención Social de la capital tinerfeña.

Mientras otras personas desembarcan en la labor social de devoción -como miembros de grupos religiosos-, Rosario se suma a la lucha por la igualdad por convencimiento personal, convencida de que la mejor medida no es solo "dar una caña al necesitado" sino realizar el acompañamiento al usuario. Ese objetivo fue precisamente lo que animó a Rosario González a aceptar el reto de cambiar de trinchera: de la primera línea de la batalla social en el Banco de Alimentos y la política activa, desde la gestión municipal, cuando ni siquiera nadie pensaba la incidencia de la pandemia del covid.

Su presencia en la lista de Bermúdez en la candidatura de las últimas elecciones ya daba por cantado que sería la responsable de la gestión de Atención Social. Fue solo cuestión de tiempo hasta que CC recuperara el gobierno municipal. Para Rosario González, otro de los retos es la lucha por la exclusión social sin salir de Santa Cruz. A sabiendas de que hay usuarios de la capital que precisan del apoyo de la gestión municipal con la complicidad del equipo que avala al IMAS, el único departamento donde Bermúdez promete aumentar el presupuesto si fuera necesario.