Carlos, Luis, Besay... son algunos de los jóvenes que desafían al mar desde el muellito que se abre paso frente a las antiguas naves carboneras de Valleseco, ajenos al trajín de una retroexcavadora que "coge las olas" sobre los callados de la playa del barrio, frente la mirada de Eduardo y Federico, vecinos del centro de Santa Cruz, que ya echaban de menos la visita de las máquinas que anuncian el inicio de la temporada de baño.

"Mucho habían tardado este año; otras veces venían desde junio y preparaban la playa", explica Federico, mientras mira cómo la máquina hace estragos entre las piedras con la misma habilidad que los jóvenes se lanzan al agua.

La retroexcavadora llegó a primera hora de la mañana, desafiando el fuerte viento reinante, mientras Eduardo señala al horizonte. "Hoy está buenísima el agua; eso que ves allí es el viento. El último día que vine estaba más sucia, pero ahora esta estupenda para disfrutar de un baño", explica mientras no evita hacer una mención al proyecto Sol y Sombra que elaboró el equipo de arquitectos Casariego-Guerra y que, aunque a finales del año pasado se anunció el inicio de los trabajos con la recogida de pluviales y el drenaje, se hace de rogar. Cabe recordar que este diseño, que nada tiene que ver con la mejora de la playa de ayer, contempla la defensa marítima y la ordenación de la zona de charcos, una inversión que asciende a 17,3 millones de euros y en el que se han embarcado tanto el ayuntamiento de Santa Cruz, que convocó el concurso para la adecuación, como el Gobierno de Canarias, la Autoridad Portuaria y el Cabildo de Tenerife.

"Cuando esté hecho todo el proyecto, aquí no vamos a caber", augura Federico, para referirse a la comodidad y los atractivos que supondrán la ejecución de la regeneración de la playa que va más allá de la mejora medioambiental del entorno.

Mientras, Eduardo y Federico disfrutan de la playa actual, capaces de hasta conocer por el color del agua los barcos que han fondeado en la bahía chicharrera que espera a su segunda playa.