No estaban colocadas las calles de la capital tinerfeña y ya los miembros de la asociación Proyecto Medioambiental y Marino (Promemar) estaban a las ocho de la mañana de ayer en la playa de Las Teresitas recogiendo los restos más ostentosos del paso de los bañistas, y también de algunas embarcaciones. Fue su particular forma de celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemoró el pasado viernes, y el de los Océanos, que tendrá lugar mañana, lunes. Al frente del colectivo, Carmen Macías, la coordinadora del colectivo Promemar que, con 27 socios, se constituyó en agosto de hace siete años, después de la primera limpieza realizada en fondos deteriorados.

Esta asociación tiene su sede en el barrio chicharrero de Valleseco, si bien está integrada por vecinos llegados de Los Realejos, El Ortigal, Barranco Grande y el propio núcleo de Valleseco, movidos por el respeto al medioambiente. Lo que comenzó como una colaboración para menguar la huella del hombre en el entorno marino se ha convertido en una cita habitual con el fondo de Las Teresitas, así como en otros enclaves donde se les solicita su colaboración, con el añadido de hasta talleres infantiles para concienciar en la necesidad de preservar el entorno. Después de siete años con esta actividad, "ya nada nos sorprende", precisa Carmen. El joven de la expedición admite que se esperaban que estuviera peor el fondo de Las Teresitas, pero "se notan los más de tres meses de confinamiento", asegura mientras señala las 'piezas' que rescataron en las tres horas que duró su intervención ayer: nasas, enseres de pesca, envases plásticos y hasta neumáticos. "Todo esto no solo procede de los barcos", cuenta Carmen Macías mientras señala la treintena de embarcaciones que se localizan cerca de la orilla, al inicio de la playa. La coordinadora de Promemar sentencia: "Tenemos que prepararnos para la pandemia de las mascarillas y guantes que se nos viene encima", afirma mientras señala a las primeras mascarillas que han encontrado entre la arena de la playa, y con el temor que en los próximos días acaben en el fondo de la playa.

Carmen, junto a otros cuatro miembros de la asociación Promemar, espera junto a la carpa que han instalado al inicio de la playa a que salgan los seis buzos que participan en la limpieza del fondo de Las Teresitas. "Todavía estamos en la fase 2 y no está permitido que se reúnan más de quince personas", señala para justificar que no secundaran la actividad más miembros del colectivo. Francis, el más joven de la expedición, también recuerda que la última limpieza que se hizo en la playa chicharrera fue en septiembre, eso unido al confinamiento, son dos claves que interpretan desde Promemar para no encontrar tantos restos como en otras ocasiones. "Hace cuatro años nos encontramos aquí un traje de novia; sabemos que estaba dentro de su plástico y todo, pero no sabemos si la chica lo abandonó por despecho porque no se casó", comenta Carmen.

Otro de los objetos llamativos hallados en los fondos marinos de Tenerife han sido urnas funerarias, "como las que te dan con las cenizas de un ser querido cuando es incinerado. Nos ocurrió en Punta del Hidalgo", precisa la coordinadora del Proyecto Medioambiental y Marino.

La actuación de ayer no se limitó al fondo del mar. Antes, incluso cuando se montaba la carpa, algunos miembros 'de secano' de Promemar se acercar a limpiar el barranco, donde rescataron unos neumáticos que alguien dejó abandonados, y también unas maderas halladas en la trasera de Las Teresitas. "Todo esto ahora lo separamos y lo pesamos y lo subimos a una plataforma internacional que hace un seguimiento a los vertidos que se realizan en el litoral a nivel mundial; luego lo depositamos en la bandeja que nos ha habilitado el Ayuntamiento, y desde ahí se lleva al punto limpio". Concluyen así el trabajo que debían haber desarrollado cuantos olvidaron "en el fondo del mar" nasas, garrafas o plásticos....

Esta asociación destaca la colaboración que con Ecoembes y Birld Life, así como la Fundación Loro Parque, que les permite desarrollar, para 'sanear' en fondo de las playas, como ocurrió ayer en Las Teresitas, en una mejora que pasa inadvertida para los caminantes habituales, como Julio César Fernández, que desde que finalizó el confinamiento recuperó su paseo casi diario de siete kilómetros de un lado a otro de Las Teresitas. "Y cuando acabo, aprovecho y me doy un bañito", en unas aguas que desde ayer están un poco más limpias.