Vecinos de María Jiménez, sobre todo del núcleo de La Quebrada, el más cercano al puerto de Santa Cruz, denuncian los problemas que sufren para descansar por los ruidos nocturnos que genera la actividad portuaria que se produce en el Dique del Este, donde operan dos grandes terminales de carga y descarga de contenedores.

Según aseguran, esta situación, que se produce desde hace años y que han denunciado en diferentes ocasiones ante el Ayuntamiento de Santa Cruz, el Cabildo y la Autoridad Portuaria tinerfeña, ocasiona "problemas de salud" a residentes en esta zona del barrio.

"Llevamos luchando contra este tema bastante tiempo. De hecho, se ha presentado unos cuantos escritos y la respuesta por parte de la Autoridad Portuaria nunca ha sido clara. Más bien, lo que se lee en la prensa es que la actividad va a aumentar", relata Roberto González, presidente de la asociación de vecinos La Voz de La Quebrada.

La noche de este lunes fue una de las últimas en la que los vecinos sufrieron la "contaminación acústica insoportable" de la actividad en la zona del muelle del Bufadero. Los trabajos se prolongaron hasta las cinco de la madrugada, con el consiguiente malestar de los vecinos por las dificultades para conciliar el sueño.

Los afectados consideran que no existen causas que justifiquen esta situación hacia los residentes de María Jiménez, salvo la calificación como "ciudadanos de segunda" obligados a soportar "este suplicio" casi todas las noches.

"Con la excusa de que son puestos de trabajo y que se trata de la economía insular, al final, el descanso de los vecinos les da igual", sostiene Roberto González, quien recalca que los vecinos "entienden" la actividad portuaria, pero con unos horarios que permitan el descanso de los vecinos como un derecho fundamental.

"Hemos llegado a plantear alegaciones, incluso, a la posible ampliación del dique flotante para evitar que eso suceda", sostiene el presidente vecinal. "Sabemos que es difícil, pero eso no quita para que sigamos luchando. Y si tenemos que salir a la calle, lo haremos, porque lo que no puede suceder es que tengamos que cerrar todas las ventanas y aún así siga el ruido", añade.

Puertos y el Ayuntamiento

Puertos de Tenerife expone que entre sus planes para reducir los ruidos se encuentra la realización y actualización periódica de estudios de evaluación de los niveles de ruido ambiental. También indica que a pesar de que la actualización correspondiente a 2018 verifica que el nivel de ruido en el puerto tinerfeño se encuentra "dentro del objetivo que fija la normativa", la entidad cuenta también con un inventario de medidas de mitigación de ruidos para áreas portuarias, realizado por Inerco Acústica en 2018, que viene a ser un plan de acción con propuestas ya remitidas a las terminales TCTenerife y Boluda para intentar implantarlas a la mayor brevedad posible.

El convenio suscrito con Boluda recoge una inversión de 20.573 euros hasta 2021 para mitigar la emisión de ruidos, mientras que por parte de TCTenerife, y una vez ejecutada la insonorización del centro de transformación, se van a adoptar medidas que reduzcan el ruido que puedan ocasionar los golpes de contenedor y el ruido de las grúas.

En esta línea, el concejal de Seguridad de Santa Cruz y también responsable del distrito de Anaga, Florentino Guzmán, recalca que ya se han reunido con la Autoridad Portuaria para abordar este asunto, entre otros, y avanza la puesta en marcha, por parte del Consistorio, de medidas que mitiguen los efectos del ruido. "Trabajamos en un proyecto de mejora que incluye también el estudio de los horarios de trabajo", indica.

Guzmán detalla que en los presupuestos municipales de 2020 ya están presupuestadas varias de estas iniciativas que contempla el Mapa del Ruido del municipio, por tanto habrá que preparar los pliegos y licitarlas.