Tiene una hoja de servicios intachable, pertenece a la Subunidad Canina de la Unipol y responde al nombre de Troy. Se trata de un perro-policía (K9) de diez años de edad al que le ha llegado su retiro, una jubilación que los mandos de la Policía Local santacrucera desean que sea lo más plácida posible. Y mucho más después del cariño y el respeto que se le tiene en el cuerpo.

Troy se ha convertido durante los últimos nueve años en una de las grandes referencias gracias a su extensa hoja de servicios como especialista en la detención de sustancias estupefacientes, especialmente de hachís, marihuana, cocaína y heroína. Pero ahora, después de casi un década de trabajo y buen servicio, le ha tocado ese retiro dorado antes de que finalice el año, ante la pena de su guía Yeray, su fiel "amigo".

Pero en contra de lo que ha venido sucediendo hasta ahora, los mandos policiales y el propio área de Seguridad chicharrera han planeado que por primera vez pueda ser adoptado por un ciudadano que le pueda dar las mejores condiciones de vida posibles en los largos años que todavía le tocan por vivir.

El procedimiento establecido para esta posible adopción será la remisión de un correo electrónico de los aspirantes para acoger a Troy a la dirección policialocal@santacruzdetenerife.es,policialocal@santacruzdetenerife.es facilitando sus datos de contacto. A continuación, se conformará una mesa de trabajo que analizará las condiciones de cada uno de los posibles adoptantes y se elegirá la mejor opción para garantizar el bienestar animal.

Entre las opciones que se valorarán está en que sus nuevos dueños tengan experiencia demostrable y espacio para acoger a Troy, "ya que se trata de perros que son muy activos, de trabajo y no para que tengan una vida pasiva".

El perro, un precioso pastor belga malinois, llegó a la Policía de la mano del criador Dani Ruano desde Girona cuando apenas tenía los cuatro meses de edad y ya dejaba ver las extraordinarias cualidades que le hacían ser el candidato ideal para ingresar en la unidad.

Según los datos de su extensa hoja de servicio, Troy ha promediado una media anual de 100 actas abiertas por consumo y tenencia de sustancias estupefacientes. Si se tiene en cuenta este espectacular dato, en el tiempo que lleva prestando servicio bajo la dirección de su compaero Yeray ha facilitado la apertura de 900 actas de detección de sustancias.

Entre otras muchas, propició un servicio de detección muy destacado en abril de este año cuando en la santacrucera plaza de Los Sabandeños, en Tomé Cano, "detectó a una persona que portaba en una mochila cinco kilos de hachís" cuando realizaba un paseo rutinario. Es un ejemplo, y es que el olfato no engaña y Troy, en eso, es claramente infalible.

Su trabajo también fue muy destacado en la desarticulación de una banda organizada en la elaboración y distribución de estupefacientes hace dos años, así como muchas detenciones por delitos contra la salud pública vinculados a la venta de drogas.

Ha colaborado en dispositivos conjuntos con el Cuerpo General de la Policía Canaria (CGPC) y en algunas acciones de apoyo a Policía Nacional.

Troy sigue siendo un perro muy activo, dócil, sin ningún episodio de agresividad ni con personas ni otros perros en toda su vida. También es bastante sociable y ha destacado por demostrar estas cualidades en las decenas de visitas a centros escolares y exhibiciones en las que ha participado en estos años. Un animal que sin duda será recordado en la Unipol.