En el sector los conocen como los taxistas rebeldes -incluso antisistema-, pero no porque su actitud conlleve una reivindicación de derechos y mejoras para su trabajo. Más bien ocurre todo lo contrario. Son "profesionales" del transporte que se han ganado ese calificativo por incumplimientos graves tanto de la ordenanza municipal como de la normativa regional, y cuya actitud afea, en muchas ocasiones, la labor de otros taxistas.

El Ayuntamiento de Santa Cruz tramita en estos momentos la revocación de 18 licencias de taxi por vulneraciones de la normativa municipal que regula este servicio. De hecho, tres son ya definitivas, mientras que a las otras 15 apenas les queda un pequeño hilo de esperanza.

En la mayoría de los casos, según detallan fuentes del sector, las revocaciones se han producido al perder sus titulares la correspondiente tarjeta de transporte, pérdida motivada, a su vez, por varias causas.

Una de las más comunes, añaden las fuentes, tiene que ver con la negativa a pasar durante años las correspondientes inspecciones sanitarias que obliga la ordenanza municipal. En otros casos, la pérdida está relacionada con deudas que han adquirido los titulares con la Administración, sobre todo con la Seguridad Social -impago del recibo de autónomo-.

De hecho, hay algunas deudas que superan los 30.000 euros, casi la misma cantidad que está pagando por parte de la Administración por el rescate de las licencias.

No obstante, hay otros incumplimientos más llamativos, como el de aquellos taxistas que no han cambiado el vehículo por haber dejado caducar el visado de la tarjeta de transporte por más de dos años, o el de los que no respetan los días de parada, una infracción considerada "muy grave" y que conlleva una sanción económica de 1.001 euros.

También hay otros que no cumplen con la uniformidad que estableció el Ayuntamiento de Santa Cruz , en consenso con el sector, desde principios del año 2016.

"Incumplir la vestimenta está considerada como una falta leve, pero si acumulas sanciones cada vez que te para un policía, pues se va convirtiendo en un deuda casi insalvable. Y es lo que ha sucedido en algún caso", lamentan las fuentes. La sanción por no cumplir con la uniformidad asciende a 401 euros.

Con todo, y así lo destacan las fuentes del sector consultadas por El Día, al inicio del proceso de revocación de permisos, los taxistas con problemas de este tipo eran casi 200. Es decir, que alrededor de 180 pudieron solventar su situación y evitar la pérdida de la licencia correspondiente.

"Este proceso de hundimiento de algunos compañeros se inició, en la gran mayoría de los casos, tras ponerse en marcha el tranvía de Tenerife, en la capital tinerfeña, en el año 2007. Muchos no han logrado salir adelante ya que la competencia de dicho servicio ha sido muy contundente, perdiendo el sector un 50% de su caja a diario", añadieron.

"De las primeras cosas que hizo la nueva administración local fue ponerse en contacto con todos los afectados", precisaron estas fuentes, que recordaron que hace apenas un mes eran 50 los profesionales que se enfrentaban a la pérdida de la licencia municipal.

Un sector renovado

Respecto a las denuncias que se realizaron en el pasado sobre taxistas que consumían drogas o bebidas alcohólicas, las fuentes consultadas aseguran que el sector cumple "a rajatabla" con la normativa. "Es un sector muy sano en el que se han erradicado esas prácticas. La gente puede estar tranquila, y así lo demuestran los resultados de los controles que realiza la Policía Local", señalan.