Opinión

La creación progresista de derechos: sumar

José Luis Rodríguez Zapatero.

José Luis Rodríguez Zapatero.

Pareciera que la misión histórica de la izquierda hubiera dejado de estar enfocada a las políticas socialdemócratas y desde Rodríguez Zapatero fuera la creación de derechos. Como si su empeño tuviera una dimensión cuantitativa e ilimitada: Todos los que se pudieran lograr. Las declaraciones universales de derechos habrían quedado obsoletas e incompletas. Detrás de todas las declaraciones de derechos había habido grandes pensadores, gente ilustre. Incluso tenía que ver con la ciencia jurídica, las compilaciones, Derecho comparado, filosofía, historia, el humanismo… Otros tiempos, ahora la banalización radica en su productividad mensurable; como muestra reciente, de nuevo la pericia cognitiva de la líder de Sumar con su recién descubierta por sí misma ¡justicia climática! Y si no entendí mal crear un derecho regulador del aburrimiento con reivindicación del uso del sofá. Lo que parece aprendido en psicoterapia.

Zapatero encontró que algunos derechos sociales dado su apremio por legislarlos, quedaban sin habilitación de los recursos para disfrutarlos. Un atajo que con Sánchez se ha perfeccionado. Esa denodada lucha por derechos sociales y civiles suponía a la vez la lucha empeñosa contra la derecha que los negaba radicalmente y que hacía esa pugna por eso más meritoria. Pero ¿Qué ocurría? Pues que todas las veces, y una vez en el poder la amenazante derecha mantenía para siempre esos derechos. Incluso se les dotaba de presupuesto para ejercerlos y no quedaran en papel mojado. Esta vez parece que por fin se va a poner coto al desmadre, que es mucha verbena eso de entonar del “no es no” con fanatismo a pasarse al “si es si”: “¡vamos de shopping a Nueva York!”. Como síntesis y expresión simbólica de la profundidad de pensamiento y desvelo por resultados reales de progreso.

Otro elemento verdaderamente favorable y gran fenómeno occidental consiste en la infantilización de la sociedad, de lo que hay abundante literatura, declaraciones, tesis, diagnosis que ya forma parte de las líneas maestras para definir esta época. Lo que implica la demanda creciente de derechos, con un innatismo teológico medieval trans-iusnaturalista.

Y lo más fiestero, es que los titulares de derechos han dejado de ser humanos para progresar a animales (perros no de caza), naturaleza (matorrales), meteorología (borrascas). La infantilización es el fundamento del progresismo. En esta efervescencia de derechos subjetivos han sido extirpados de raíz toda consideración a obligaciones o deberes , que han dejado de estar correlacionados.

Y en ese anhelo de resortes entre mágicos e infantiles se han convertido en derechos los mismos sentimientos, emociones, gustos, como a no ser contrariado ni molestado, para terminar con inconvenientes psicológicos adversos. El buenismo enfilado a los mimos debidos y lo cuqui de felpa.

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