Opinión | EL RECORTE

También se me fue la olla

Josep Borrell, Alto Representante de Política Exterior de la UE

Josep Borrell, Alto Representante de Política Exterior de la UE / Europa Press/Contacto/Nicolas Landemard

Pues sí, muchacho. Que se me fue la olla. Como a los de Corporación 5. Me puse a mirar la cantidad de dinero que nos ha mandado Europa y me estoy preguntando por qué no tenemos las rayas de las carreteras pintadas con pan de oro, como en La Gomera.

No sé si en el Gobierno Guanche no saben gastar. Pero lo que parece probado es que no saben leer. La empresa –privada– Corporación 5 sacó un estudio en donde, con cifras en la mano, expresaba su preocupación porque hay muchos fondos europeos que están pendientes de ejecutar y se pueden perder y otros, de hace ya mucho tiempo, que ya volaron. Echando la vista muy atrás, como unos cinco mil millones, nada menos.

En la Consejería de Hacienda del Gobierno Guanche, que con esto de las elecciones deben estar de los nervios y solo se leen los titulares, se lanzaron a degüello pensando que estaban hablando de ellos. Y salieron echando espuma por la boca diciendo que si solo tienen, del año 2021 al 2027, apenas dos mil millones, cómo van a perder cinco mil. ¡Ustedes no, criaturitas! Que los que los perdieron fueron los que estuvieron antes y antes de antes.

Y de paso deberían mirarse las cifras que manejan ellos mismos. Como cuando anunciaron que para el periodo 2021 a 2027 tendrían 2.784 millones para invertir en las islas (1.543 del Feder y 1.241 del Feder Plurirregional). Y cuando el delegado del Gobierno dijo que tendríamos 1.732 millones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de los Next Generation. Y además 629 millones del REACT-EU. ¿Por cuanto millones vamos? No sé ustedes pero uno acaba mareado.

En el fondo, lo que importa, y con lo que uno tiene que quedarse, es que está viniendo una purriada de millones y que si no nos ponemos las pilas se pueden perder. Y que España es el país con la ejecución de fondos más baja de toda Europa. Y por mucho que se calienten en el Gobierno aborigen, hay personal de refuerzo contratado en varios departamentos de la administración precisamente porque ellos saben que ese dinero se puede perder. Así que ¿a qué vienen esos aspavientos? Y dicho sea de paso, si tienen a esa gente contratada estaría bien que les dieran medios informáticos y programas y objetivos para que se pongan a currar, antes de que se nos pase el arroz.

En esta legislatura vimos cómo el Gobierno, para poder hacer llegar en tiempo y forma una subvención a las pymes y a los autónomos, tuvo que firmar un convenio con las Cámaras de Comercio, que liquidaron las ayudas en un pispás. Lo hicieron porque eran perfectamente conscientes de que con la burocracia de la maquinaria pública esas ayudas se habrían perdido como lágrimas en la lluvia, que diría el replicante en la azotea.

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