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Políticos, ¿de vacaciones?

Me encantaría que tomáramos conciencia de que detrás del cargo público se encuentra un ser humano con sus miedos, sus necesidades, sus satisfacciones y sus deseos. Tomar conciencia del ser humano que está detrás de esa imagen públicamente exhibida, nos llevará a dirigirnos a entender y comprender lo necesario de cierta desconexión para los políticos y políticas.

El liderazgo necesita diluir de forma momentánea esa rutina y velocidad en la que vive de forma agitada y veloz. Entendiendo que la responsabilidad no se delega nunca, si es psicológicamente recomendable ese cambio de nuestros ritmos de trabajo y vida. Considerar que no existe ese derecho y necesidad nos lleva a entender que seriamos imprescindibles e insustituibles, cuando realmente no lo somos, y por otro lado pondría de manifiesto la carencia de otros incentivos e ilusiones.

Dependiendo de la forma que elijamos y el modo en el que utilicemos los recursos públicos para nuestro ocio, será rentable como marca política o no.

Me gusta decir que los políticos necesitan vacaciones por ellos y por ti, por nosotros. Lo que para algunas personas es irresponsabilidad para los profesionales de la psicología se convierte en una necesidad; las vacaciones son necesarias, especialmente cuando han estado precedidas por periodos de mucho estrés y de una toma de decisión agitada y constante.

Nuestros niveles de rendimiento funcionan como una U invertida; el rendimiento aumenta con la excitación fisiológica o mental, pero solo hasta cierto punto. Cuando los niveles de excitación se elevan, el procesamiento de la información es menos clarificador, se manifiesta muchísimo cuando nuestras decisiones afectan a un número muy amplio de personas. Provocando lo que denominamos fatiga crónica.

Me gusta decir que cuando asumes un cargo público te subes a un tren en marcha, un tren de alta velocidad del que, aunque quieras bajarte, a veces es casi imposible hacerlo. En ocasiones juzgamos a las personas dentro de sus cargos públicos como frías o distantes; oímos a veces comentarios del tipo: «hay que ver como les cambió el poder», cuando la respuesta a esos cambios va unido a la velocidad a la que va su vida. Aunque quieran pararse o detenerse, es que te miran y no te ven; es una respuesta inconsciente.

Para distinguir lo importante de lo urgente debemos de darle un giro a nuestros hábitos, y para ello mejor detenernos un tiempo. Mínimo siete días, que es lo que nuestro cerebro desea para reposar y eliminar la hormona del estrés –cortisol–, aunque unos milagrosos quince días sería lo más recomendable, la primera semana nos desactivamos y la segunda disfrutamos de nuestro nuevo nivel interno.

Coherencia, Marca Política y vacaciones

Si nuestro objetivo es crearnos una Marca Política, estamos apostando por desarrollar identidad, diferenciación, credibilidad, valores y permeabilidad en la ciudadanía. Las vacaciones se definirían como parte de esa estrategia de Marca Personal, y por lo tanto deberían de expresar tus valores y acompañarte en esa visión que puedas ofrecer de ti, y de alguna forma, ser consistente y coherente con la percepción que previamente hayas definido en tu estrategia de Marca.

Os aporto unos Tips que pueden reforzar esas líneas de coherencia.

1. Si potencias la imagen de Canarias, por ejemplo, disfruta de unas mini-vacaciones en cualquiera de sus islas y destaca sus valores.

2. Si la economía de tu región está en fase de desarrollo, consume descanso en tu territorio y conectarás con una ciudadanía que agradecerá tu inversión local.

3. Si necesitas un nivel de desconexión alto, sal de tu lugar parcialmente, y combina diferentes opciones. Desvía tus presencias a restauración y ocio, y a la vez no permitas que te perciban lejos.

4. Si presumes de austeridad, no uses los recursos públicos de ocio para el disfrute familiar.

5. Si el valor político que le das al Estado no ocupa una de tus prioridades estratégicas, evita usar para disfrute personal las opciones que el Estado pone a tu disposición. Generará ruptura de discurso e incoherencia estratégica.

6. Apuesta por la familia en las apariciones públicas que realices durante el periodo vacacional; tienen Poder de Marca.

7. Si has elegido la política para incorporarla a tu vida, hay un espacio de privacidad que cederás, es parte del juego.

8. Si tu ciudadanía está triste, acompáñala en sus emociones y sé discreto con tus manifestaciones.

9. Psicológicamente, la irresponsabilidad está en no disfrutar de esas maravillosas vacaciones.

Y por favor, los asesores de un presidente, un ministro, un consejero, un alcalde… deberían de evitar en sus notas de prensa expresiones del tipo «suspendió sus vacaciones», «interrumpió sus vacaciones»… Un titular así quita muchísimo valorar a las personas, ¡evitémoslo! Las responsabilidades permanecen intactas, es el hábito el que cambia durante ese periodo elegido de descanso. Que nuestro titular sea, por ejemplo, «…se encontraba en Cádiz y regresó a la sede de su institución».

Vacaciones, claro que sí. ¡Disfruta!

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